La izquierda se pone nerviosa

Las elecciones se acercan. Y, aunque Tezanos asegure que “el PSOE va bien”, parece que los propios representantes de la izquierda no acaban de creerle del todo. De hecho, el pasado fin de semana vimos numerosas muestras de ello. 

La intervención de María Jesús Montero en Cádiz hablando de “la derecha” no tiene desperdicio. La vicesecretaria general del PSOE aprovechó la presentación de la candidatura socialista al ayuntamiento de Cádiz para criticar duramente al Partido Popular por los posibles pactos potenciales que pudiera hacer con VOX tras el paso por las urnas. Al parecer, a Montero no le gusta que los partidos “de la derecha” puedan llegar a pactos de gobernabilidad. Curiosamente, le parece estupendo estar en la cúpula de un gobierno Frankenstein que incluye a radicales comunistas bolivarianos, independentistas, republicanos nacionalistas y filoetarras. 

Al mismo tiempo, en Madrid, los de siempre (UGT, CCOO y compinches habituales) tomaban la Gran Vía para tratar de desestabilizar a Isabel Díaz Ayuso con la excusa de defender la sanidad pública. Muy mal deben ver el panorama para llegar a un acuerdo con la Comunidad, desconvocar una huelga, y manifestarse la semana siguiente. ¿Será que algo les inquieta?

Y acabamos hablando de Mr. Falcon. Seamos realistas: no es ninguna novedad que la izquierda utilice la desinformación y el populismo como herramienta política. Pero lo de Pedro Sánchez en la Cumbre Iberoamericana clama al cielo. Es como si Sánchez se hubiera autoconvencido de que todos los que le escuchan son poco menos que idiotas. Y por tanto, no tiene pudor alguno a la hora de decir falsedades, verdades a medias, o simplemente seleccionar la parte de la realidad que le conviene, obviando aquello que no le gusta.

Sánchez afeó a Feijóo que hubiera dicho que estaba “orgulloso de no rendir pleitesía a autócratas”. E hizo de ello el hilo central de su intervención ante la prensa en Santo Domingo (seguramente porque no tenía nada más importante que contar). Sin embargo lo que obvió Sánchez -voluntaria e intencionadamente- es que, con su discurso, se convirtió en el primer presidente español en ese foro en evitar, expresamente, referirse a la libertad, la democracia y los Derechos Humanos. Menos mal que estaba el Rey Felipe VI para salvar la imagen de nuestro país.

La izquierda está nerviosa, y se le nota. Veremos si las urnas confirman sus temores. Serán buenas noticias.

Miguel Ángel Rodríguez Caveda es periodista, ganador de tres premios Emmy y presidente de la consultora internacional de comunicación 3AW.

 
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