Mallorca no quiere a España
Cuando uno piensa que ya lo ha visto todo en el agotador tema de la matraca independentista, pasan cosas como la del pasado viernes en Mallorca. Una clase del colegio concertado La Salle, en Palma, fue expulsada al completo por colgar la bandera de España como gesto de apoyo a la selección nacional de fútbol que juega en estas fechas el Mundial de Catar. Han leído bien. El centro castigó “retirando su derecho a la educación” a unos estudiantes de Primero de Bachillerato por “mostrar una bandera de su país, el mismo en el que están dando clases”. Un hecho que ha sido denunciado por los padres de los alumnos y que ha desatado una nueva polémica ya que, para más inri, los alumnos habían solicitado expresamente permiso a su tutor para colgar la bandera en su aula como gesto de apoyo a la selección en su debut contra Costa Rica.
Al parecer, varios docentes pasaron por la clase refiriéndose despectivamente a la bandera. Comentarios como “qué hace ahí ese trapo” fueron repetidos varias veces durante la mañana, sin pasar a mayores. Pero fue la profesora de catalán quien se negó directamente a darles clase. Así que los chavales fueron enviados a sus casas por las ideas políticas radicales de su profesora -de conocido posicionamiento prosecesionista- aunque el colegio se defienda diciendo que incumplieron las normas del centro.
Este lamentable episodio pone de manifiesto una vez más el brutal grado de acoso que sufren quienes disienten del dogma separatista en las Islas Baleares. No hay que olvidar que en febrero el tripartito que gobierna el archipiélago decidió eliminar a última hora la referencia a que el castellano fuese “lengua vehicular” en las aulas, evitando así su equiparación con el catalán.
¿Y los representantes políticos? Bien, gracias. Podemos ha expresado públicamente su solidaridad con la docente (toma ya). Y no olvidemos que el PSOE de Armengol es el mismo que hizo campaña con la bandera republicana en 2017 y 2019. Mallorca, con estos dirigentes, no quiere a España.
