¿Un nuevo orden mundial?

Dicen que la cabra tira al monte, y en una coyuntura como la actual espero me permitan los lectores la venia de escribir sobre la situación internacional, dejando de lado por una semana los medios de comunicación. Una guerra bien justifica la licencia.

En los días recientes, he tenido oportunidad de conversar con numerosos expertos, analistas, militares, corresponsales y fuentes de confianza sobre el futuro inmediato que nos depara la ofensiva de Rusia sobre Ucrania. Los escenarios son múltiples, pero sobre todos ellos hay tres que destacan y se repiten de forma continuada. Considero necesario repasarlos, con objeto de ayudar a los lectores a ordenar ideas, pues el flujo de información es tal en estos días que a menudo se generan más incertidumbres que respuestas.

El ataque ruso sobre territorio ucraniano se produce como respuesta rusa a la amenaza de ver sus fronteras potencialmente rodeadas de países miembros de la OTAN. Por supuesto hay otros motivos adicionales, tanto históricos como económicos, pero ese es el motivo principal: no sentirse rodeados. Partiendo de este punto, uno de los escenarios más duros es el de un nuevo orden mundial: otro telón de acero. Una sombra amenazadora sobre el este de Europa, que unida al apoyo de China podría desencadenar en una batalla económica sin precedentes en la que el Viejo Continente saldría muy mal parado. Personalmente descarto esta opción, aunque sobre el papel todo es posible... y más en un contexto de inestabilidad como el actual.

La segunda opción es que continúe el avance militar ruso. No solamente en las cercanías del conflicto actual, sino en los territorios bálticos del norte. Putin ya ha avisado a países como Finlandia o Suecia de las consecuencias que podría traer su adhesión a la OTAN. Un avance militar en estos países pondría contra las cuerdas a Europa y EEUU, que se verían forzados a actuar con más contundencia de la empleada hasta el momento (las sanciones impuestas a Rusia son absurdas si tenemos en cuenta que nosotros necesitamos más a los rusos que ellos a Europa). Éste es un escenario altamente improbable, pero también posible.

El tercer escenario, el más probable, es que “no pase nada”. Es decir: que Rusia coloque un gobierno afín en Kiev, obtenga el compromiso de no adhesión a la OTAN del resto de países limítrofes con sus fronteras y todo vuelva a una relativa “normalidad”. Putin se saldría con la suya, demostraría su fuerza militar y occidente entero quedaría retratado. Pero parece la mejor opción teniendo en cuenta que la alternativa es un conflicto bélico a gran escala. Con Biden en la Casa Blanca esta alternativa no parece factible. Si hubiera estado Trump… quién sabe lo que podría haber ocurrido.

Miguel Ángel Rodríguez Caveda es periodista, ganador de tres premios Emmy y presidente de la agencia internacional de comunicación 3AW.

 
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