Pedro Sánchez, el ruin

Dice el diccionario español que una persona ruin es aquella que es “despreciable por cometer o ser capaz de cometer malas acciones, con falsedad, hipocresía, traición o engaño”. Pocas descripciones pueden identificar mejor al personaje que ocupa la Moncloa desde hace ya tres largos, larguísimos años. El que pasará a los anales como peor presidente de la historia de España. Y eso que le queda un año por delante, en el que puede hacerlo todavía peor.

Hablamos de un “presidente” que ha bloqueado la investigación a los crímenes de ETA. Que ha antepuesto intereses personales -y familiares- a los históricos de su país. Un tipo que ha hecho todo lo contrario a lo prometido en campaña electoral. Un sujeto que juró que jamás gobernaría con Podemos, y al día siguiente estaba dándose un abrazo con Pablo Iglesias. Un hombre cuyo propio partido no respalda, y cuando lo hace es simplemente por miedo a represalias. Un cáncer político que destruye todo lo que toca… menos a sí mismo, claro.

La última barbaridad de Sánchez ha sido derogar -por supuesto, a cambio de apoyos- un delito cometido por sus socios de legislatura el 1 de octubre de 2017: el de sedición. 

Ser como Pedro debe asemejarse a ser una especie de semidios. Puedes incluso viajar al pasado para así librar a tus compinches del merecido castigo por sus actos en el presente. Tienes el poder de reescribir la historia a tu antojo. Según te convenga. Sánchez en estado puro.

El Tribunal Supremo ha dejado clara su postura: no aprueba la reforma del Código Penal impulsada por el Ejecutivo. Pero a Sánchez le da igual. Él ha acordado con sus socios independentistas derogar el delito de sedición y reducir su castigo a un máximo de cinco años de cárcel para mantener sus apoyos. Y nada es más importante que mantenerse en el sillón. Ni siquiera España.

Algunos barones socialistas han expresado su disconformidad con esta medida. Pero lo han hecho de forma comedida. Sin levantar ampollas en el seno del partido. Y es que nadie quiere a Sánchez como enemigo. Porque nadie sabe de lo que es realmente capaz.

Miguel Ángel Rodríguez Caveda es periodista, ganador de tres premios Emmy y presidente de la agencia internacional de comunicación 3AW.