A España le ha salido un moratón
Quienes votaron a Podemos y socios dirán que el voto es libre; el pueblo, soberano, y todo eso, que sí. Pero, de cumplirse la hoja de ruta que dibuja un ególatra y visionario Iglesias a este país no lo conocería ni la madre que lo parió, allá por el siglo XV. Seríamos un morado berenjenal. Entre otras razones porque, con el bacilo del separatismo, aquí podría resultar no una nación sino, por lo menos, cuatro o cinco. De nuevo, taifas.
Es moda culpar de todo al PP. Pero, ¿y el PSOE? ¿Por qué se le han ido tantos votantes a Podemos? ¿Por qué registra su peor resultado? Por varias razones pero, entre otras, porque se apoyaba en Podemos en comunidades y municipios. Con la diferencia de que estos “socialdemócratas chavistas” son más jóvenes, más de hoy, más de moda informal.
La pelota está en el tejado del PSOE, con un Pedro Sánchez que es probable que siga igual de volátil y de indefinido que siempre, como si fuera cosa de carácter. Es el virus zapateril que desde hace años debilita a este más que centenario partido, que ha pasado de ser un roble a un conjunto de cañas agitadas por ...las mareas.
Si el PSOE llegara a un pacto con Podemos, pondría en inmediato en peligro la unidad de este desgraciado país siempre en discusión. Y si se tienen que celebrar nuevas elecciones, es probable que el PP perdiera, pero el PSOE también, completamente metabolizado por los partidos que juegan a dar un meneo a todo esto para inventar varias republiquitas neocomunistoides en pleno siglo XXI.
O quizá el juego de Podemos es ganarse ahora el voto de los independentistas y llegado el caso, votar en contra de la desunión. Algo parecido a lo que hizo el PSOE con la OTAN. Una vieja maniobra del cinismo político.
