Los antisistemas en el sistema

Vecino a la Puerta del Sol, “rompeolas de todas las Españas”, durante los últimos años he visto casi una manifestación al día. Ahora casi han desaparecido. Me preguntaba por qué hasta que caí en la cuenta de que muchos de los antisistemas que las organizaban son ya sistema.

Los antisistemas se aclimatan al sistema con extrema facilidad. Si, por ejemplo, un ex ocupa se convierte en concejal, con una sencilla alquimia su antiguo antisistema se convierte en sistema.

El antisistema es tramposo por definición –porque lo antisistema es un sistema-, y logra convencer a una parte del electorado con aquello de “quitarlo a los ricos para darlo a los pobres”. Mientras tanto, algunos antisistemas han dejado de ser pobres, al beber las mieles del sistema. Por de pronto los diputados de Podemos y adláteres ya cobran un buen sueldo mensual, que para nosotros querríamos la inmensa mayoría de los españoles. Y algunas informaciones de prensa recogen la noticia de los muchos miles de euros que Pablo Iglesias habría recibido... de Irán.

Para disimular todo esto, los de Podemos escenificaron el día 13 en el Congreso una serie de gestos de marketing –bebé incluido- en la mejor tradición de la promoción del producto en una economía capitalista. Hace tiempo, en Italia, un amigo mío, comunista y con un envidiable tren de vida, preguntado sobre el porqué de esa anomalía, respondió: “Los comunistas queremos esto para todos, y empezamos dando ejemplo”.

 
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