Ansia de seguir ahí

Si tu vicepresidente dice, ante el escrache en su Facultad, que él es sólo ‘un modesto reformista’, y lo dice convencido de que es así, imagina lo que podrás decir tú de ti mismo, cuando te sientas un poco, o un mucho, apretado por los que te quieran apretar. Hay barra libre para eso de ‘dime de que presumes y te diré de qué careces’. La verbología se ha desatado y cualquiera puede decir lo que le venga en gana sin ninguna apariencia de que esté haciendo el ridículo, o de que tenga que ser mínimamente cierto lo que afirma.

La mejor frase del presidente ha sido, sin duda: ‘los que tenemos principios firmes, no tenemos miedo a hablar de nada’. Y está callado como un muerto ante las desavenencias de su Gobierno, ante la famosa mesa de diálogo de sordos, y/o sobre si los disparates de su ministra en el proyecto de ley sobre las discrepancias de género, sirven para algo más que para ocupar portadas y portadas. La firmeza de los principios es la de Groucho Marx: ‘si no le gustan mis principios, tengo otros’. A fin de cuentas, es un marxista quien hizo esa proclama, aunque fuera un payaso y no el filósofo del comunismo.

Qué mas da, mientras siga en el machito, por supuesto un machito feminista. Que digan lo que quieran, que yo prorrogo los presupuestos de Montoro hasta el 2021 y lo que haga falta, con tal de seguir ahi.