¿Desunidos podremos?

Parece evidente que la izquierda no pasa por su mejor momento y no es por falta de ganas, sino porque es difícil que se pongan de acuerdo. El refrán' dime de qué presumes y te diré de qué careces' revela lo más profundo de lo que somos; y en política ya ni te digo. Por alguna razón misteriosa, los políticos son de los que cuanto más presumen de algo, más se les nota lo que les falta.

A la pobre Yolanda se le ocurre 'sumar', cuando lo que hace es dividir. A la 'izquierda unida' que tanto le costó componer a Anguita, no le caben más desuniones. Y friquean intentado pensar que hay desavenencias entre Feijó y Ayuso, porque ese es el modo que tienen de entender la política; es único: 'o estáis unidos conmigo o daos por desaparecidos', como tantas veces le ha pasado a Sánchez. Una carencia que ya le está pasando factura, cuando intenta recomponerse despachando a Lastra, como si ese fuera el problema que habría que resolver.

Mientras tanto, Feijó y Ayuso están que se salen con la estrategia de ''tú das y yo miro',  con la que han conseguido, según las encuestas, llevarse dos millones de votos de exvotantes de Cs y del Psoe. ¡Ojalá todas las desavenencias fueran así! La prueba del nueve de que les va bien es que les insultan sin parar, en vez de gobernar desde el Gobierno, con medidas que aminoren la inflación, con o sin corbatas y sin tener que preguntar si las chicas están mejor  gordas o delgadas para la política general del país. Parece una broma, pero es lo que está pasando