La mesa de Putin

Vladimir Putin.
Vladimir Putin

En la pandemia nos han aconsejado estar a metro y medio de los demás, pero para hablar con Putin hay que estar en la otra cabecera de su mesa, a 15 o 20 metros. Posiblemente eso explique su mentalidad, como la de otros políticos y gente importante que quiere ver a la gente de lejos, porque si se acercan les tienen miedo, no sólo de que los abucheen o los zarandeen, sino  de que esa cercanía les obligue a percibir una realidad distinta a las decisiones que toman los que mandan, sin que muchas veces tengan en cuenta a los que obedecen.

Está de moda decir que hay que aprender a escuchar mejor a los demás, que si quieres que te comprendan, tienes antes que comprenderlos tú, o tomarás siempre decisiones equivocadas. En realidad, lo que ha pasado siempre es que casi todo lo que sabemos con certeza, lo hemos aprendido de otros, sean nuestros padres, o maestros, o el ejemplo de los demás. Si echamos cuentas, al encerrarse o distanciarse de los otros, cortamos los caminos que nos hagan crecer y, posiblemente, mejorar y acertar.

Muchos prohombres, a lo largo de la historia, se la han pegado por creerse superiores a los demás y estar convencidos de que podían mandar impunemente  con sus ideas, sin necesidad de contrastarlas, porque creían que ellos siempre tenían razón.

Cuando esa situación ha durado mucho tiempo, ha sido casi siempre por opresión , y no hay nada mejor que el anuncio de unas nuevas elecciones, para que la cosa cambie. Putin lleva demasiados años mandando y cada vez, en su mesa de trabajo, se le ve más solo y con más miedo a los demás, lo que anticipa un futuro muy malo para él y, si no se remedia, también para los demás.

 
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato