Toques de queda sin fin

Aparentemente para lo único para lo que ha servido el estado de alarma prolongado hasta mayo es para prohibir que cada uno tenga su toque de queda como mejor le venga. La alarma no sirve para distribuir mejor la vacuna, ni para vaciar las UCIs, ni para ayudar después de la nevada. Que cada uno se las apañe como pueda, pero el toque de queda es de 10 a 6, porque lo digo yo.

Lo cierto es que la alarma sirve sobre todo, como su nombre indica, para estar alarmados, que tengamos miedo a tomar una decisión por nuestra cuenta, sin que el Gobierno la autorice, sea para bien o para mal. Mientras tanto al Gobierno le ha servido para tomarse unas vacaciones parlamentarias. Eso si que se ha notado, la falta de control público de su gestión, lo más parecido a hacer lo que le da la gana sin tener que dar razón de ello a nadie.

Antiguamente a eso se le llamaba dictadura, aparcar al poder legislativo desde el ejecutivo. Todavía hay muchos ejemplos de dictaduras por casi todo el mundo y las vemos ejercer férreamente el control de los ciudadanos. También antiguamente los estados de alarma no podían durar más de quince días, y así fue hasta que el Gobierno decidió ampliar la duración a seis meses, apoyándose en la mayoría que le respalda, y confiando en que una sentencia del Tribunal Constitucional tardaría mucho más en llegar, como va camino de conseguirlo.

El bichito lo ha puesto todo patas arriba y cada vez que el Presidente creía que lo controlaba, la realidad le mostraba lo contrario. Posiblemente pensó que tras la llegada de la vacuna, podría nombrar al Ministro de Sanidad como candidato a las elecciones catalanas, bajo la onda exitosa de una curación repentina de muchos y muchas vacunados eficientemente, en tiempos de ese toque de queda del 10 a 6, promovido por el estado de alarma.

Pero la cosa no parece ir por ahí, y el número de muertos y contagiados crece exponencialmente, algunas autonomías quieren ampliarlo y el Gobierno dice que de momento no, tal vez para evitar que aumente el miedo ciudadano y que eso le haga la cusqui a su presunto ministro-candidato. Lo mismo que permitió aquella manifa feminista para quedar bien ante ellas, aunque se retrasara la lucha para evitar la pandemia que se le venía encima, y que resolvió con un confinamiento generalizado que llegó tarde.

Aparentemente, después de las elecciones catalanas en un 14 de febrero, nos confinaría de nuevo, cada vez más alarmados y miedosos. Pero los catalanes independentistas, con los que creía que se llevaba bien, se la han jugado aplazando a mayo esas elecciones, justo cuando acaba la alarma prorrogada, que tal vez se tengan que realizar bajo la amenaza de prorrogar otra vez la alarma con su correspondiente toque de queda, también prorrogado de nuevo.

 
Portada
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato