Yolanda e Isabel

Es la primera vez, creo, que dos mujeres están zarandeando el sistema político español, ante la impavidez de los tíos que aparentemente se dedican a eso. A las dos les gritan ‘¡presidenta!, ¡presidenta! ,cada vez que las ven por la calle, mientras chiflan, por supuesto a Sánchez y no tanto a Casado, fundamentalmente, porque no se deja ver demasiado, pero que se vayan preparando los dos, por lo que les pudiera pasar.

Y no es cosa de feminismo impostado, sino por que las dos se han apoderado del imaginario español, a derecha e izquierda. No hay postureo feministorro, como les pasa a otras políticas, que piensan que deben ganar sólo por ser mujeres. A Yolanda e Isabel se las reconoce porque saben solucionar y unir, lo que otros no consiguen por más que lo intenten.

Posiblemente, la política española necesite más hechos y menos palabras: esas promesas lanzadas al aire, que ya nadie se cree. Y ellas dos están acumulando la percepción de que no sólo saben cómo hacer mejor las cosas, sino que las están llevando a cabo en su ministerio y su comunidad autónoma.

Se nota mucho por la cantidad y el grosor de lamentos y dicerías que generan desde sus oponentes. Incluso es posible que haya preparada una campaña de maledicencias contra una y contra la otra, a ver si así les bajan los humos. Cuando todo el mundo sabe que cuando algunos hablan mal de alguien es porque lo está haciendo bien. Y les tienen envidia porque ellos no son capaces.

A sus oponentes se les puede aplicar el refrán mágico que domina la política española: ‘dime de qué presumes y te diré de qué careces’. Porque, normalmente se les ve más preocupados en sus declaraciones por ellos y su futuro, que por las necesidades reales y acuciantes de la gente de a pie. En cambio, estas chicas políticas se preocupan más de bajar los impuestos, concordar con los agentes sociales mejorías para todos y buscar soluciones que no dividan, sino que integren a todos para un futuro mejor. Una movida de las que ya no se veían.