Un problema de responsabilidad

Familia, siguiendo normas de paseo, en Barcelona (26/04/20)
Familia, siguiendo normas de paseo, en Barcelona (26/04/20)

A lo largo de este mes y medio de confinamiento en casa, o un poco más, excepto para aquellos considerados profesiones de actividades esenciales, se ha demostrado que la gente se ha comportado cívicamente y con ganas de colaborar para evitar males mayores.

Pero he echado en falta un verdadero gabinete de crisis —con profesionales de primera línea— desde el primer momento. Gabinete de crisis diferente del Gobierno, que no tiene por qué saber de todo, especialmente de la enorme y compleja cuestión que se nos echaba encima. 

El Gobierno y sus ministros nada saben de pandemias y de sus consecuencias, y no tomarlas en serio o tomar decisiones equivocadas ha llevado a resultados gravísimos. El Gobierno y sus ministros podrían haber tenido un papel moderador considerando los datos que les llegaban de Europa y de otros países, y por tanto haber colaborado con ese gabinete de crisis que nunca se formó. Todo ello me resultó extraño.

Ese supuesto gabinete todavía podría formarse. Debería estar formado por especialistas en medicina preventiva, microbiólogos y virólogos, grandes profesionales de la logística y movimiento de mercancías, empresas farmacéuticas, y las correspondientes federaciones de alimentación y bebidas, Economistas de gran trayectoria, etc., independientemente de su filiación política. Todos ellos saben comprar y vender, saben mover productos y no se les engaña fácilmente, algo que les ha ocurrido al Gobierno y sus asesores a lo largo de estos meses. Ellos se habrían enfrentado a esta Pandemia de un modo muy distinto y habrían hecho caso a las recomendaciones de la sanidad europea y de la OMS tempranamente. Si no se ha formado ha sido —probablemente— debido a que al gobierno actual no le interesaba por otros motivos.

Pienso que este es el origen del caos.

Igualmente me ha resultado llamativo que no se haya incentivado la fabricación nacional de mascarillas y elementos de protección a nivel industrial y con garantías, por fábricas que ya las hacían y a las que se podía haber ayudado para aumentar la producción y no depender del mercado internacional.

Todo ello ha tenido, en mi opinión un resultado catastrófico, más de 20 000 muertos, que al término de la campana de Gauss, que ya no tiene forma de campana, pueden llegar a los 40 000, y un número no conocido de infectados, pues solo se ha hecho el test de presencia del virus a algunos grupos: policías, bomberos, pacientes con síntomas y a algunos, no a todos, los médicos, enfermeras, etc. Ello hace que no sepamos cuanta gente ha tenido o tiene el virus.

Ese "Todos en casa" hace que mucha gente, unos 40 millones de personas, no haya estado en contacto con el virus. Este virus no va a desaparecer, por lo que el problema que subyace es la salida de esas personas de sus casas, algo que puede producir otro repunte mucho mayor, pues no hay todavía vacuna ni tratamiento.

Mucha de esa gente lo ha tenido, pues ha vivido y atendido a pacientes de la neumonía bilateral vírica. Yo mismo puedo haber estado en contacto con el virus y haber desarrollado inmunidad, pero no me han hecho ninguna prueba. Parece imprescindible hacer un plan de análisis de la PCR y de los anticuerpos IgG a toda la población. Ya que hay que saber qué medidas debe de tomar cada uno, según esté inmunizado o no. No parece que vayan a hacerlo, por ahora, aunque es lo más racional. Hablan de hacerlo a los que van a trabajar, etc. pero no resuelve el problema de fondo, que es el del resto de la población.

 

¿Cuánto tiempo deberemos permanecer en casa? No se sabe, y se podría saber si se van a medir los anticuerpos y se hace un análisis PCR para la determinación de los infectados. Eso debe decirlo ese gabinete, no formado, de profesionales que saben lo que hay que hacer y no los políticos según sus intereses.

Los que hasta ahora han resuelto lo que han podido han sido los profesionales sanitarios, que con muy baja protección, han luchado y han ido aprendiendo a luchar contra este virus poco a poco, cada vez mejor, con una enorme falta de apoyo del Gobierno de la Nación, que ha estado dubitativo y sabiendo que se había equivocado en su previsión, no hizo caso a tiempo como otros países y nos ha llevado al último puesto de protección de todos los países del mundo. Un fracaso estrepitoso que quieren maquillar, pero los muertos son muchos, y muchos por olvido de los mayores, a los que se ha tratado mal y tarde.

La seminacionalizacion de la sanidad ha funcionado relativamente bien, pero a pesar de la tan cacareada buena estructura de la Sanidad Española, ha tenido un gran colapso que va pasando y que nadie puede negar que no vuelva a ocurrir, pues en algún momento deberemos salir los 40 millones confinados. O nos hacen el test y el IgG a todos o la desescalada que llaman va a ser otro desastre.

Se puede hacer si en algún momento se comienza, pero no se ha comenzado. Y esto, entonces, va a durar meses. 

Junto a esto sale Iglesias pidiendo perdón por lo mal que han gestionado, un político no pide perdón, dimite.

Llama también la atención que un estado de alarma se aproveche para tomar medidas de gran calado antidemocrático por decreto ley. Cuasi-expropiaciones de viviendas, cambios sustanciales en las clases pasivas, etc., por decreto que es el modo más antidemocrático de gobernar. Hay que hacer funcionar al parlamento y hay que plantear una moción de censura a este gobierno por negligencia.

Por no hablar de lo que viene en economía, que es el siguiente cantar.

Rafael Jordana

Catedrático emérito de Zoología y Fisiología

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