Condenas musulmanas a la barbarie del Estado islámico

            Se esperaba una reacción de los musulmanes frente a la inhumanidad de líderes y milicianos del llamado Estado islámico, que controla zonas importantes de Irak. Especialmente para quienes viven en Occidente, resulta cada vez menos tolerable la intolerancia que sufren las minorías en Oriente Medio y en tantos otros países de África y Asia, especialmente los cristianos.

            En el país vecino, ha supuesto un duro golpe en todos los sentidos, y para todos los ciudadanos, la decapitación de Hervé Gourdel por el grupo argelino Jund al-Khalifa. El Consejo Supremo de Musulmanes de Francia (CFCM), organismo para las relaciones oficiales del Islam con el gobierno, afirmó su "horror" ante "este crimen bárbaro". Y convocó a los musulmanes y sus amigos a reunirse frente a la Gran Mezquita de París el viernes después de la oración, y denunciar el flagelo sangriento del terrorismo. Reacciones semejantes tuvieron otras organizaciones musulmanas. Una veintena de figuras, incluidos Kamel Kabtane, rector de la Gran Mezquita de Lyon, y la senadora socialista Bariza Khiari, denunciaron en Le Figaro a ese grupo de “bárbaros fanáticos”, que les hacen sentirse también “sucios franceses” condenados a muerte. Se consideran víctimas de la barbarie fundamentalista.

            El viernes se reunió efectivamente una multitud frente a la Gran Mezquita de París, para condenar a los asesinos de Argelia. “Todos somos Hervé Gourdel”, se repitió, parafraseando el clásico eslogan aplicado a tantos sucesos lamentables. No faltaron pancartas en la línea del movimiento británico del "No en mi nombre". Durante las últimas semanas, miles de internautas participan en una campaña titulada "Not in my Name". A través de vídeos y fotos, esa movilización ciudadana denuncia la actuación de los yihadistas de Siria e Irak, cuyos actos de violencia han provocado la condena internacional, incluida la del consejo de seguridad de la ONU.

            Lanzó la campaña Active Change Foundation ‑ubicada en Londres‑ a raíz del asesinato del rehén británico David Haines. Su presidente, Hanif Qadir, afirmó que "los musulmanes británicos jóvenes están cansados de la propaganda del odio utilizado por los terroristas del EI, tan presente en las redes sociales". "Están indignados ante la utilización de esas plataformas para radicalizar a los jóvenes y difundir sus discursos violentos en nombre del Islam". La  frase clave “Not In My Name” fue reproducida más de 80 000 veces en Twitter, y el vídeo superó las 180.000 visitas.

            También hubo una condena unánime el viernes en la mezquita de Marsella, frecuentada por muchas personas de origen argelino: “cuando se confirmó el asesinato, algunos lloraron”, manifestó a Le Monde Tameur Ahmed, uno de los responsables de ese lugar de culto musulmán. Insiste en que el Islam es una religión de paz: “no son musulmanes, sino criminales, bandido, bárbaros” quienes cometen esas atrocidades. Pero el hecho de haya sucedido en la Cabilia, asusta a ciudadanos franceses de origen argelino, que sufrieron el “horror de las años negros”.

            De todos modos, no faltan personas que aprovechan esas manifestaciones para apoyar la causa de Palestina frente al Estado de Israel, recordando las víctimas de los bombardeos de Gaza. Las pasiones se exacerban con relativa facilidad, y se cruzan acusaciones de islamofobia o antisemitismo. No se pueden simplificar problemas sociales complejos, pero muestra la difícil unidad de acción frente a los fundamentalismos. Tampoco cabe olvidar que, según una estimación reciente del coordinador de la lucha antiterrorista de la Unión Europea, Gilles De Kerchove, más de 3.000 ciudadanos europeos han abandonado el territorio comunitario para sumarse a las filas yihadistas en Siria o están dispuestos a hacerlo.

            A la vez, acaba de hacerse pública una carta abierta firmada por 120 eruditos musulmanes de todo el mundo, que denuncian al yihadismo, por haber convertido el Islam “en una religión de la dureza, la brutalidad, la tortura y la muerte". En el texto de 22 páginas, redactado en árabe, se refutan sus argumentos religiosos con pasajes del Corán, interpretados según criterios más o menos clásicos de la exégesis coránica, tan distinta de la bíblica: cfr. http://lettertobaghdadi.com/index.php. Al margen de interpretaciones siempre discutidas sobre el concepto de la yihad, el documento insiste en que es incompatible con el Islam matar a los inocentes, así como a emisarios, embajadores y diplomáticos; por lo tanto, está prohibido matar a los periodistas y trabajadores de ayuda humanitaria

            Ciertamente, los grupos radicales no cumplen en modo alguno. Y está por ver su respuesta a los sabios. ¿Se atreverán también a amenazarlos de muerte por su connivencia con el enemigo?

 
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