Ética pública y capacidad de pacto en la Europa del norte

Uno de ellos, envidiable para un país latino con tendencias suicidas como España, es la pervivencia desde hace años de un programa semanal en lengua latina emitido por la radio nacional. Incluye noticias de actualidad variadas, que consulto con frecuencia por Internet y, en ocasiones, reenvío a algunos amigos. La última, que tuvo mucho éxito, obra de esos Nuntii latini, trataba de la victoria del Real Madrid en Milán. Si me queda espacio, la incluiré al final, a modo de divertimento, con perdón de mis amigos del Atleti (muchos se habrán aliviado conmigo al saber que Estudiantes seguirá en primera a pesar de todo: ése es para mí el deporte importante).

Ya en serio, Helsinki ha saltado a primer plano por un gran pacto social, que muestra indirectamente también por qué Finlandia ocupa habitualmente uno de los primeros lugares en los rankings que analizan la ética pública, por ejemplo, en los informes anuales de la ONG Transparencia Internacional.

Le Monde titulaba la noticia, el pasado día 14, aproximadamente con estas palabas: “En Finlandia, los sindicatos firman para trabajar más sin ganar más”. Como en cualquier otro país del Mediterráneo, resulta algo insólito en España. Más aún, en Francia, que está sufriendo graves conflictos sociales: lógicamente, el primer responsable es el gobierno, pero no le va a la zaga ni mucho menos la actitud cerrada del viejo y poderoso sindicato marxista CGT.

Los principales sindicatos y el gobierno finés firmaban ese martes 14 un acuerdo que obligará a la mayor parte de los asalariados a trabajar más, pero sin aumentos salariales a corto plazo. El objetivo es favorecer la competitividad económica después de unos años de marcha atrás. Uno de los factores específicos del retroceso es la disminución de las exportaciones a Rusia, como consecuencia de las sanciones europeas: representaban el 10% del total, y han pasado al 5,8. La concordia ha sido posible tras un año de negociaciones entre un ejecutivo nacional de centro-derecha partidario de la austeridad, y de representantes obreros inicialmente opuestos.

El gran deseo del primer ministro centrista, Juha Sipilä, es crear 110.000 empleos y reducir la tasa de paro un 3,5%. Llegó al 9,5% de la población activa durante el verano de 2015, el porcentaje más alto en lo que va del siglo. Cerca del 87% de los trabajadores deberá dedicar 24 horas más al año (equivalente a tres días) sin contrapartida económica. Los sindicatos han aceptado un año de congelación salarial. Además, los asalariados soportarán un porcentaje mayor de las cotizaciones sociales. En fin, la retribución de los funcionarios, durante el tiempo de vacaciones pagadas, se reducirá un 30% desde ahora hasta 2019. El gobierno promete compensar estas medidas con bajadas de los impuestos.

No ven otro modo de salir de un tiempo de recesión en que los costes laborales han crecido cerca del 20% desde 2008. La causa de la crisis no depende sólo de la competitividad. Viene determinada también por el declive de sectores importantes, como la industria forestal o la electrónica, el rápido envejecimiento de la población, o la disminución de exportaciones a países de la zona euro que atraviesan también una coyuntura difícil.

Estas medidas recuerdan las de Dinamarca de hace unos años –otro país nórdico destacado en ética y transparencia-, que se resumían en un neologismo repetido, aunque más bien olvidado en otros lugares: “flexiseguridad”. Quizá ha funcionado por su fundamento ético de fondo: las innovaciones empresariales pueden requerir despidos, y el ordenamiento jurídico los facilita y abarata; a la vez, el Estado presta ayuda a los parados y les concede prestaciones para actualizar su formación profesional y poder colocarse de nuevo. El envidiable resultado es un desempleo en torno al 5%.

Más envidiable aún es la capacidad de pacto, la seriedad y responsabilidad de los diversos protagonistas sociales y públicos. Aunque sea campeón de Europa el Madrid, según la noticia en latín que anunciaba al comienzo y reproduzco a continuación.

Addendum:

 

Real Madrid trophaeum cepit

In certamine finali Confoederationis Campionum (Champions League), quod vespere Sabbati (28.5.) in stadio Sancti Syri Mediolanensi factum est, duo greges Hispani, scilicet Real Madrid et Atletico Madrid, conflixerunt. Cum post ludum centum viginti minutarum status certaminis adhuc unum ad unum (1-1) esset, ictibus undecim metrorum decertatum est. Victor evasit Real Madrid, qui iam antea saepius eodem certamine trophaeum ceperat. Ludus televisifice in ducentas viginti terras transmissus est, in quibus circiter centum octoginta miliones spectatorum fuisse aestimatur. Ad ludum inaugurandum spectatoribus acroasis musicalis data est, cantantibus Alicia Keys et Andrea Bocelli.

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