Carta a los Reyes Magos de TVE

Queridos Reyes Magos: ¡Qué ilusión me hace escribiros! Después de un año tan duro, de nuevo, me encuentro escribiéndoos una carta con mis deseos para 2005. Ya sé que es imposible que me los concedáis la noche del 5 de enero porque, como vais a comprobar, la lista es larga y requiere tiempo. Este año ha sido muy difícil. Lo que más me preocupa es que mi situación económica no va muy bien. Mi mamá, Carmen Caffarel, dice que acabaremos este año con una deuda de 6.700 millones de Euros. La verdad es que no sé en qué gastamos el dinero. Si repaso la lista de la compra del año pasado, compruebo que no hay nada especial. Mamá trajo uno cuantos kilos de cerezas que, por cierto, estaban un poco amargas. ¡Pues no será porque no eran caras! Un kilo semanal a 120.000 euros. La tendera, Julia, le dijo que sólo necesitaban un poco de maduración. Más de tres meses después, Las cerezas siguen tan incomestibles como el primer día y el frutero sin tocar encima de la mesa. También hemos comprado unos cuantos relojes. Uno para mi madre, otro para papá, José Luis, otro para la abuela, María Teresa, y uno para cada tío, Rubalcaba, Maragall y tito Milá. Son unos relojes muy peculiares, ya que sólo tienen 59 Segundos. Mi padre dice que son geniales. Si a cada minuto le falta un segundo, cada día dura 24 minutos menos, por lo que se puede ir a la cama un poquito antes. ¡Ay papá! Cambia de profesión, que la de ser Zapatero cansa mucho y tú necesitas pasar más tiempo entre las sábanas. Y qué decir de cuánto nos cuesta arreglar La azotea. El obrero, Wyoming, nos ha dicho que no volverá a filtrarse más agua, que ya nos llega hasta el cuello. Sin embargo, la audiencia no nos llega ni a la suela del zapato, a pesar de que papá me los hace a medida. Esta temporada somos los terceros, después de Tele 5 y Antena 3. En septiembre y octubre, sólo conseguimos algo más del 19% de share y, en noviembre, mejoramos un poquito con un 20,2% de cuota de pantalla. Por último, estoy harta de que me insulten. Que si despilfarro dinero, que si manipulo la información, que si soy telebasura… ¡Basta! Necesito vuestra ayuda. Vosotros sois los Reyes Magos de Oriente y mi papá quiere formar una gran alianza de civilizaciones. Eso sí, que no se entere de que le lleváis un regalo al niño Jesús, porque no os dejará entrar en esta Nación de comunidades nacionales y otros territorios no históricos —así es como tito Maragall llama a España-. Por cierto, ¿podéis darme un consejo?, ¿qué puedo hacer si mi tío Maragall propone cambiarme el nombre? A la vista de que dijo que las selecciones deportivas tenían que dejar de llamarse “españolas” por si, en alguna ocasión, se enfrentaban a las de Cataluña, ¿cómo me tendría que llamar? ¿Televisión Estatal? Así las siglas seguirían siendo TVE y nos ahorraríamos tener que cambiar el logotipo y todo lo que ello conlleva. En resumen, os pido dinero, audiencia y una mejor imagen. En realidad, creo que bastaría con pediros unos mejores dirigentes. Muchas gracias. Prometo ser una verdadera televisión de servicio público el año que viene. La noche del 5 de enero os dejaré en la chimenea unos zapatos nuevos que mi padre ha diseñado para la ocasión. Son rojos y llevan la siguiente inscripción: Merecemos una España Mejor.

 
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