Confesiones de un muflón superviviente

-- ¡Qué cacería tan ruidosa! Con tantos tiros, tanto viento y tanto jaleo no oigo nada de nada.

-- Da igual porque nunca vas a ser ministro.

-- ¿Cómo dices?

-- Digo que a mí me pasa exactamente lo mismo.

-- Aquello que se mueve al fondo parecen animales.

-- ¡Bingo! ¡Creo que he abatido un gamo!

-- No señor, le has dado a los matojos.

-- Está bien. Yo fallo a veces disparando, pero como te descuides te quito el puesto.

-- ¿Cómo dices?

 

-- Nada… Que fallo a veces disparando, y que debo tener el cartucho mal puesto.

-- ¡Menudo cazador de pacotilla!

-- Bueno, avancemos hacia allí.

-- Oye, ¿por que no haces otra vez el numerito de lo de “la vida con colores…”? Es que me divierte horrores.

-- ¿Horrores?

-- Horrores.

-- Bueno, vale, dentro de un rato. Antes cuéntame la operación.

-- Ni lo sueñes.

-- ¡Venga hombre! ¿Qué pasa, que hemos venido hasta aquí sólo para hablar de corzos y marranos?

-- No hay nada que contar. Sólo hemos cazado a un par de Muflones Engominados, Ovis Engomminatis.

-- Ja, ja , ja…

-- ¡Silencio! ¿has oído eso?

-- Sí, me ha parecido escuchar el rugido de un animal.

--Pega la nariz al suelo y olisquea un poco a ver qué encuentras.

--¿Y por qué no te agachas tú?

--¿Estás loco? ¡Podría mancharme!

--De acuerdo. Me huele… me huele… ¡a periodista de El Mundo!

-¿Seguro?

--No hay duda, es de El Mundo.

--A mí me huele más a Época.

--¡Anda!, mira, pues tienes razón. Está ahí arriba disfrazado de lechuza. Es de Época.

--¡Infiernos! Seguro que nos está espiando. Espero que no me hayan fotografiado con estas pintas.

--¡Hay otro! Mira, allí, más arriba, disfrazado de Chotacabras. Ese sí es de El Mundo.

--¿También nos está vigilando?

--No sé. Cualquiera diría que está curioseando lo que escribe el de Época.

--¡Qué raros son! En fin, caminemos hacía allí.

--Espera un momento. Voy a hacer una llamada para ver si mi hija ha terminado los deberes.

--Vale. Trae. Te aguantaré tus cosas.

--Nos vemos ahora. No olvides nuestro lema: “pato que vuela...

… tiro y a la cazuela!”.

--Hasta ahora.

--Salud.

--Pues sí, dice que ha terminado ya.

--¿Qué te ha contado el ministro?

--No, si era mi hija.

--O sea, el ministro…

--Ni que hubieras escuchado la conversación.

--Si sólo fuera yo… En tu escopeta ya he encontrado veintitrés micrófonos, ocho GPS, siete -microcámaras, dos periodistas y un espía del CNI.

--Por el del CNI no te preocupes, que lo he traído yo.

--Bueno, me temo que esta cacería va a salir en todas las portadas. ¿Crees que habremos salido bien en las fotos?

--Tú siempre sales bien. En cuánto a mí… si publican algo de esto, me cuelgan. Van a pedir otra vez mi dimisión.

--¿Y qué?

--Bueno, también es verdad: ¿y qué? ¡Que la pidan!

--Si total, dentro de nada, te voy a quitar el puesto.

--¿Cómo dices?

--Digo que sigamos adelante, que he traído munición de repuesto.

--Buen cazador, sí señor. ¡Sigamos! Y ya sabes: ¡Pato que vuela…

…a la cazuela!

--Ja, ja, ja…

Caricaturas aparte. Sólo hay algo peor que la paulatina disolución de hecho de la separación de poderes: el recochineo.

Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato