Cuba, sin electricidad

El sobre consumo de electricidad en los primeros cuatro meses de 2009 se ha convertido en el pretexto del gobierno para ir acostumbrando a la población sobre la aproximación de mayores penurias. Durante ese período se consumió 40 000 toneladas de combustible adicionales a lo establecido en el plan, para un crecimiento del 10,0% en el área estatal y 1,2% en el sector residencial, según han informado la Empresa Eléctrica.

De continuar la tendencia, se tendría que importar 250000 toneladas adicionales de combustible para generar electricidad, lo cual no sería posible por la disminución de los ingresos y la difícil obtención de créditos internacionales debido a la crisis económica mundial, según  plasmó la prensa oficial. No se menciona que Venezuela recibe significativamente menos petrodólares por la caída del precio del oro negro, y que las entradas cubanas por servicios a ese país ya no compensan el déficit del intercambio de bienes en general.

Se ha dispuesto la ejecución de un plan en cada centro de trabajo y, donde se sobrepase el consumo establecido, se cortará el suministro hasta que se tomen las medidas de ajuste. Se plantea que según las entidades estatales se mantengan dentro de los planes, disminuirá la amenaza de afectar a la población. No obstante, se aplicarán también fuertes sanciones a las personas que realicen fraude eléctrico, lo cual se reflejó en el 10,0% de las viviendas inspeccionadas en el país. Roberto López, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista responsabilizó a las autoridades en los territorios con procurar no afectar a la población ni el correcto funcionamiento de la economía.  

Esta tétrica situación con la energía eléctrica se echa sobre las espaldas de los trabajadores, con medidas punitivas de muy cuestionada justicia. Si los centros productivos consumen en exceso puede deberse a la deficiencia de las redes eléctricas, la demanda mayor por la vetustez de los equipos, reparados con inventos de piezas de repuesto, y la atrasada tecnología. Ciertamente, en muchos lugares se derrocha electricidad por negligencia; no es extraño ver luces y equipos encendidos innecesariamente. Pero los cortes de electricidad en los centros de trabajo deben tener en cuenta las necesidades productivas, así como la relación del cumplimiento de los planes con el salario de los trabajadores.

Ha sido el sobre consumo de electricidad oportunidad aprovechada por el Ministro de Economía y Planificación, Marino Murillo, para colar la información de que “la contracción mundial repercute en los renglones del país y en una disminución de ingresos por visitante del turismo, lo cual hace estimar el comportamiento del PIB por encima del 2,0% y no en un 6,0%, como se pensó inicialmente. En realidad, ya el oficial Centro de Estudios de la Economía Cubana había vaticinado la posibilidad de un decrecimiento del PIB hasta -0,5%, lo cual era previsto incluso en mayor cuantía por estudiosos     nacionales y extranjeros.

Igualmente en las calles cubanas corrían las “bolas” (comentarios populares que se sospecha son lanzados por fuentes oficiales), de que empezarían los apagones y el transporte disminuiría considerablemente por carencia de combustible. Ya en La Habana y pueblos del interior del país se aprecia la reducción de los viajes. Así comienza la preparación psicológica de la población para el regreso a los años 1990, cuando irrumpió el Período Especial, que en lugar de eliminarse, se reforzará ahora por la ineficiencia de los gobernantes cubanos para aprovechar las subvenciones venezolanas en inversiones productivas.

El pueblo está más atenazado que entonces. Desde 2005, luego de los acuerdos del ALBA, comenzó la Revolución Energética. Los cortes de electricidad se resolverían con la importación y emplazamiento de miles grupos electrógenos que funcionan con combustible diesel, y no se construyeron termoeléctricas que generan con mayor eficiencia y menor gasto. El petróleo cubano es muy pesado y no proporciona el diesel. Como solución para ahorrar…se exigió al pueblo el cambio a cocinas, ollas de presión y arroceras eléctricas, (hasta entonces no se vendían en las tiendas de divisas porque se consideraban muy gastadoras), así como la sustitución de los viejos refrigerados norteamericanos de más de 50 años de explotación por otros chinos y aires acondicionados altos consumidores. En fin que cuando llegue el Período Especial Intensificado, no se podrá cocinar y los pocos alimentos se echarán a perder en el “Coco”: refrigerador cubano porque es blanco y usualmente sólo tiene agua dentro. Esta trágica experiencia ya se ha vivido durante los intensos huracanes que han azotado después de iniciarse la Revolución Energética, porque hubo que entregar los equipos sustituidos y no se vende otro combustible. No sólo se repondrán las casas caídas con madera y hojas de palmas como los bohíos indígenas, sino que habrá que cortar marabú para cocinar ¡al fin se encontrará mejor uso para la mala yerba!

¿El plan para dinamizar la economía y la producción, dónde está? Al parecer esperando los cambios estructurales y de concepto…que llegarán en algún momento de los próximos 50 años vaticinados el 1 de enero de 2009, quizás eso consideran los dirigentes del gobierno cubano. Lo que piense y sienta el pueblo no parece preocuparles, mientras aguante los apagones a fuerza de represión.

 
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