Cuba, las finanzas se agravan

A los problemas que venían presentando las finanzas cubanas desde hace meses, se añaden mayores dificultades. Ya especialistas internacionales comentan la falta de liquidez e indican la posibilidad de que el gobierno declare la insolvencia mediante un cese de pagos. Se basan en criterios tomados de contactos con varias empresas foráneas y entidades bancarias cubanas. A esto también contribuyen medidas puestas en vigor por el Banco Central de Cuba (BCC) que con el pretexto de tratar de eliminar operaciones fraudulentas ha adoptado nuevas reglas a las transacciones en efectivo y el uso de cuentas en divisas por parte de empresas estatales, sociedades mercantiles y ciudadanos extranjeros.

Así, según la Instrucción No. 1 del BCC del 27 de marzo, no se aceptarán depósitos o extracciones en efectivo en las cuentas corrientes de firmas extranjeras radicadas o no en Cuba y de empresas mixtas y otras formas de asociación económica internacional, exceptuándose únicamente las operaciones que realicen entidades extranjeras radicadas en el país para gratificar a sus empleados. Además, en caso de razones fundamentadas presentadas por un cliente lo hace necesario, corresponderá sólo al Presidente del Banco o al dirigente a quien éste delegue autorizar extracciones o depósitos en efectivo.

Como puede apreciarse, esa Instrucción limita las posibilidades de obtención de los fondos de las empresas y particulares extranjeros depositados en los bancos, lo cual puede demorar la entrega de las cantidades solicitadas. Esta medida contribuye a fortalecer las preocupaciones existentes sobre la capacidad de pago de las instituciones financieras nacionales, en adición a las dificultades presentes meses atrás para hacer frente a los adeudos con empresas extranjeras, como ocurrió con las canadienses Sherritt y Perbecan, lo cual condujo a la última a retirarse de sus actividades en la extracción de petróleo y marcharse del país. Con Sherritt se renegoció la deuda atrasada, llegándose al compromiso de pagar en cinco años.  

La causa de los problemas financieros reside en el deterioro acelerado de la situación económica nacional y en particular de las relaciones con el exterior. En 2008, hubo un déficit record por segundo año consecutivo de la balanza comercial de bienes de 10,7 miles de millones de dólares para un crecimiento del 68,0% respecto a 2007. Los altos déficit en la balanza comercial de bienes eran compensados en anteriores períodos por el superávit logrado en los intercambios de servicios, fundamentalmente por el envío de personal al exterior (médicos, maestros, técnicos deportivos), pero el pasado año ya no fue posible. Según estimaciones de la revista The Economist, esencialmente por ese motivo, el déficit en cuenta corriente ascendió a -2,7 miles de millones de dólares, con un impresionante crecimiento en la deuda externa, que llegó a 19,2 miles de millones de dólares, sin considerar los adeudos a los países del extinto bloque soviético. En cuanto a reservas internacionales, se redujeron a menos de 4,0 miles de millones de dólares equivalentes al pago de 3,2 meses de importaciones.

El nuevo Ministro de Comercio Exterior e Inversiones, Rodrigo Malmierca, manifestó que en el primer trimestre de 2009 el deterioro del comercio exterior creció, con un 80,0% de importaciones en el intercambio comercial, lo cual “debe preocuparnos”, recalcó. Añadió que “debemos sentir vergüenza cuando importamos algo que sabemos es factible producir en Cuba con la calidad requerida”. Quizás cuando lo dijo se refería a que este país agrícola importa el 84,0% de los alimentos mientras la tierra cultivable está baldía o trabajada ineficientemente.     Sus palabras reflejan una situación incomprensible no sólo para él, sino para todo el pueblo cubano. No obstante, sus fundamentadas preocupaciones carecerán de significación, si no se acompañan de los prometidos “cambios estructurales y de conceptos”. 

El panorama actual es tenebroso, sin embargo lo peor está por llegar. Las consecuencias de la crisis mundial serán cada vez peores, en un país carente de reservas y que se mantiene económicamente por las subvenciones de Venezuela, donde las perspectivas económicas son inciertas, por depender casi exclusivamente de sus exportaciones de petróleo. Según la ultima evaluación del Fondo Monetario Internacional para 2009, después de México, será la nación en América Latina más afectada por la crisis, pues su PIB caerá 2,2%, mientras se prevé un índice de inflación de 36,4% y 44,5% en 2010. Esto será un obstáculo inmenso para poder sostener su “ayuda” a Cuba, cuando la económica cubana necesita un incremento notable. 

Indudablemente la situación económica de la Isla es grave. Ya en 2008 el consumo de la población se afectó significativamente, y de acuerdo a las tendencias apreciadas, los problemas económicos se profundizarán con un empeoramiento mayor del nivel de vida de la población, con amplias consecuencias, incluidas las políticas. Si el gobierno persiste en su actitud inmovilista y no adopta los cambios urgentemente necesitados, se podrían reeditar los más críticos momentos del Período Especial, pero en peores condiciones.

 
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