Diagnostico acertado y propuestas de solución viables

Un sugestivo artículo con el título “¿Hacia dónde va la barca cubana? Una mirada al entorno económico”, firmado por el Presbítero Boris Moreno, máster en ciencias económicas, apareció en la revista Palabra Nueva de la Arquidiócesis de La Habana, en enero. Es un realista y enjundioso análisis sobre la situación económica de Cuba y su continuo deterioro. 

Independientemente de que muchos de los aspectos tratados han sido analizados por otros analistas económicos extranjeros y nacionales, los elementos constructivos aportados sobre esta crucial cuestión por el Padre Moreno son relevantes. Debe destacarse además, que no es igual que un estudioso aislado señale los problemas de la actual coyuntura económica a que se haga en la publicación de mayor rango de la Iglesia Católica de Cuba; una Institución de singular autoridad espiritual y moral.

Como se puntualiza en el artículo, el estado y las perspectivas de la económica cubana son sumamente graves, y lo peor, sin que se conozca la existencia de proyectos integrales por parte del gobierno para salir de la crisis. Esto había sido señalado por la Iglesia Católica Cubana en 1992 en su llamado “El Amor todo lo puede”, sin que todavía se aprecien iniciativas concretas, a pesar del tiempo transcurrido.   

El Período Especial sigue vigente, como resaltara Fidel Castro hace algún tiempo, propiciando un proceso de descapitalización material y humana con la pérdida generalizada de valores en la sociedad. A más de 20 años de permanente degradación, profundizada por el impacto de ciclones sobre una infraestructura endeble a causa de la falta de mantenimiento y la carencia de reposición, se han unido los efectos de la crisis mundial, con la amenaza de otros peligrosos eventos como podría ser la disminución o ausencia total de la subvención de Venezuela, hoy desgraciadamente vital debido a la dependencia y indefensión de la economía cubana.

Debe resaltarse el llamado del Padre Moreno a la necesidad de restructuración económica y al cambio de viejos conceptos y prejuicios que tanto han dañado. Cuba tiene sustanciales reservas productivas que correctamente explotadas podrían sacarla de la crisis, y en algunos años alcanzar una cota aceptable de estabilidad económica y social. Las propuestas brindadas, aplicadas gradual pero firme y decididamente representan soluciones adecuadas. La apertura al trabajo por cuenta propia; la creación de pequeñas y medianas empresas; la entrega real de la tierra a los campesinos; la posibilidad de que la iniciativa privada participe en el acopio y comercialización de los productos agrícolas; la privatización individual o colectiva de chinchales, pequeñas unidades de servicio y productivas, todo con un marco legal que dé garantías y un apoyo estatal en materia fiscal, crediticia, de comercialización de insumos, en una primera etapa podría crear un ambiente que estimule la labor de las personas emprendedoras y propiciar el incremento de la riqueza nacional para beneficio de todos los cubanos. Con el pronunciado declive actual de la economía, los avances logrados en salud, educación, seguridad social y otras actividades, empiezan a perderse por la ausencia de sustentabilidad.  

Pasos como los mencionados son indispensables para crear condiciones al estimulo de la inversión extranjera, en un momento cuando la falta de credibilidad del mercado cubano ha aumentado, a causa de la congelación de los activos depositados en bancos nacionales por falta de liquidez para reintegrarlos, una cuasi bancarrota. Asimismo, ayudarían a la reorganización de la fuerza de trabajo en las empresas cubanas, al crear condiciones para canalizar la sobrante hacia otras actividades, aliviándose el impacto negativo sobre las personas reubicadas laboralmente. Igual podría decirse de la terminación de la dualidad monetaria y el racionamiento, que requieren ciertas condiciones para su abolición.

Paralelamente, estas medidas racionales coadyuvarían a la reinserción de Cuba en los Organismos Económicos Internacionales, lo cual permitiría el acceso a importantes fuentes de financiamiento y asistencia al desarrollo. En adición, la apertura económica interna sería un factor propiciador del inicio de negociaciones serias y responsables con importantes socios extranjeros como la Unión Europea y Estados Unidos. El vecino del norte representa nuestro mercado natural, por lo que el establecimiento de un clima de cooperación con esa nación es un asunto de vital significación para Cuba. Hoy con la Administración Obama existe una oportunidad única que no debe perderse para lograr ese objetivo sobre la base del respeto a los intereses mutuos.    

Por supuesto, esta primera etapa en relación con otros pasos posteriores, no tiene departamentos estancos, sino que determinadas acciones de una fase podría combinarse con otras. Como señala el Padre Moreno, es necesario un programa integral con su secuencia de implementación gradual, así como el fin del secretismo y un debate nacional para el enriquecimiento de las medidas. En las difíciles condiciones existentes, hay que dejar atrás la hostilidad entre los cubanos y estar conscientes de que si continúa el deterioro del entorno económico y social, las consecuencias podrían ser desastrosas, con mayores sufrimientos para nuestro pueblo. Enfilemos la barca nacional hacia el mar de la reconciliación, sin la injusta permanencia en las cárceles de presos de conciencia y políticos, eso nos conducirá a la felicidad y la prosperidad que todos los cubanos merecen.  

 
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