Granma descubre el Mediterráneo

El periódico Granma últimamente no cesa de descubrir problemas en la sociedad cubana. Es cierto que estaban presentes desde hace decenios, pero como se dice popularmente: "Es mejor tarde que nunca." Entre esos hallazgos se encuentra la necesidad de formar obreros calificados insertados en las fábricas como aprendices; método que si no recuerdo mal, viene de inicios de la Edad Media.

Paralelamente, el órgano oficial del Partido Comunista reconoce las virtudes, sin dudas ciertas, del recién autorizado pluriempleo, concepto proscrito durante años en Cuba, y hasta indica que los ingresos del trabajo deben ser la fuente principal de la satisfacción de las necesidades materiales y espirituales del ciudadano. Así, en un artículo del 22 de junio titulado "¿Qué vamos a hacer para la formación de obreros calificados?", subraya que "se ha dañado considerablemente la base material para la formación de la enseñanza politécnica y sería impensable, en las actuales circunstancias, la erogación de decenas de millones de divisas para afrontar esa necesidad." Como alternativa se plantea que los centros laborales abran sus puertas a los jóvenes para calificarse en talleres y otros lugares.

Desde hace mucho tiempo se observa una carencia extraordinaria de obreros calificados y técnicos medios, a pesar de las cifras astronómicas de graduados en esas especialidades. Hoy conseguir un buen carpintero, un albañil o un plomero, y hasta verdaderos educadores, es una proeza en Cuba. Eso no obstante que el Censo de Población y Viviendas de 2002 brinda cifras extraordinarias de graduados en Educación Técnica y Profesional. Según el mismo, eran 1 503 443 entre técnicos medios y obreros calificados, sin contar los 78 846 graduados de nivel medio en pedagogía. Habría que agregar 712 672 egresados de la educación superior, de los cuales 195 988 en pedagogía, y no hay maestros suficientes.

Sobre estas cifras surgen muchas interrogantes. ¿Cómo es posible que con tal cantidad de profesionales la economía cubana se haya desempeñado tan lamentablemente? Una respuesta podría estar en que la formación educacional ha estado preñada de enormes deficiencias, sin contar la debida atención a la vocación y el interés de los estudiantes, en centros de estudios usualmente sin las condiciones mínimas, como incluso ha sido expuesto recientemente en órganos de prensa oficiales, entre ellos Juventud Rebelde. Han existido costosísimos, pero ineficientes, métodos de enseñanza como la Escuela en el Campo; de la cual actualmente se comienza a reconocer oficialmente su enorme fracaso, y que en muchos casos deformó a jóvenes alejados de sus familias en edades fundamentales.

Por otra parte, al incorporarse los egresados en los centros de trabajo han encontrado ambientes hostiles, plagados de indisciplina y descontrol, donde los salarios no alcanzan para vivir, como ha reconocido el Presidente Raúl Castro. Un escenario ideal para desanimar hasta el optimismo de Cándido de Voltaire.

Pero estas dificultades no ocurren sólo en los centros de trabajo. Incluso el desempeño del trabajo por cuenta propia, aunque con alguna independencia, está también cargado de desestimulo. En primer lugar existen inmensas prohibiciones y los inspectores son un constante látigo hacia quienes desean poner en práctica sus conocimientos por esa vía, en el caso de conseguir los permisos en los oficios permitidos. Además carecen de recursos y están establecidas prohibiciones absurdas, como la de los carpinteros que no pueden disponer de madera, sino prestar sus servicios con los materiales del cliente, en un país donde los materiales son escasos y muy caros, pues hay que adquirirlos en el mercado negro o en las tiendas de venta en divisas, a exorbitantes precios.

Como consecuencia, aunque la propuesta de volver a los aprendices aparecida en Granma es valida, los beneficios que aportará serán limitados, si al mismo tiempo no se procede a eliminar todos los obstáculos existentes para interesar a la juventud en los oficios. Igual podría decirse del pluriempleo, sin duda una buena idea al igual que lo fue la Resolución No. 9/2008 del Ministerio del Trabajo y la Seguridad Social relacionando el nivel de los salarios al resultado, sin limites, pero muy poco realizable por la gran desorganización y salarios reales sumamente bajos pagados en una moneda que el propio Estado no reconoce en sus tiendas.

Esas iniciativas descubiertas por Granma, si no van acompañadas por un programa integral de cambios radicales en la economía cubana, tendrán efectos muy limitados, y en algunos aspectos posiblemente contraproducentes.

 
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