La Semana: Con la teoría del eterno retorno escenificada por Otegui, Maragall, Moratinos y los quejosos de Ferraz

Todo vuelve. Debe  de ser algo parecido a eso de la teoría del eterno retorno. Estamos en la semana de las vueltas. Vuelve Otegui a la cárcel; vuelven las bombas; vuelve Maragall a pedir disculpas... Es como volver a vivir.

Fianzas aparte, Otegui ha vuelto a Soto del Real. Como en los viejos tiempos. Y como en los viejos tiempos, ha preguntado al Fiscal si sabía lo que estaba haciendo y le ha dicho que se iba a enterar en cuanto se enterara (valga la redundancia) Conde Pumpido. Y vuelven las incoherencias, que en eso llevan razón los batasunos.

Si es de ETA no se entiende muy bien lo de la fianza, y si es un interlocutor político del Presidente del Gobierno no encaja lo de la prisión. Y ya se dice que la fianza completa llegará cuando tenga que llegar y que hay que calentar el ambiente antes de que Otegui salga por la puerta grande. Lo que pasa es que dormir en una celda no debe ser cómodo y a lo mejor la fianza llega antes de lo previsto. Es que vuelven los desatinos.

Y hablando de desatinos, vuelve la florista, la que viene y va por la calle de Alcalá con los nardos "apoyaos" en la cadera. Ahora la florista va y viene por las calles de Jerusalén y lo que lleva " apoyao" en la cadera es la Senyera. Un follón. Menos mal que vuelve Moratinos y nos lo explica.

Y volvió Eurovisión. Más "eurotostón" que nunca. Se empieza a convertir en una amenaza para la salud. Igual tiene que volver Simancas y explicarnos cómo hay que sedar a los participantes.

Vuelven las agresiones a los escritores. Lo que pasa es que esta vez el anfitrión era don Gregorio Peces Barba y no es cosa de magnificar nada. Total, Pío Moa no tiene importancia como historiador y no es lo mismo pegarle a él que pegar a Santiago Carrillo. Además, es diferente pegar con la mano izquierda que con la mano derecha.

Vuelve Bono a bordo del avión siniestrado y organiza un acto en el Ministerio de Defensa "a mayor gloria de Trillo", y en el camino "siniestra" a Esperanza Aguirre a la que acusa de morder a ciertas horas del día. Es como si volviera "la mujer lobo".

Vuelve Atutxa a su casa. Tras una renuncia heroica ya tenemos presidenta del Parlamento de Vitoria y vuelven "las nekanes" a mandar en el País Vasco. Por volver, hasta han vuelto a retomar el antiguo nombre del grupo parlamentario y ya se llaman Izquierda Abertzale.

Vuelve Rodríguez Zapatero a sus cosas -que, desgraciadamente, son las nuestras- y nos cuenta que sólo cuando ETA deje las armas y se disuelva, negociará. Pero, si han entregado las armas y se han disuelto, ¿de qué y con quién hay que negociar? Esto huele a negociación en las cárceles y a celdas vacías antes de tiempo.

 

El ministro Montilla vuelve sobre sí mismo y, ya mareado de dar vueltas a su alrededor, nos dice que "España debe de tender a una estructura federalizante".

Vuelve don Pedro Solbes a clamar en el desierto del despilfarro de sus compañeros y en el horizonte se vuelve a dibujar la imagen de Rodrigo Rato.

Y en el Partido Popular vuelven los sonidos de gaita y para después de las elecciones gallegas se rumorean cambios. Lo que pasa es que en las esferas medias del partido se habla de "más de lo mismo" y que, además, esos cambios van a pisar callos que no era necesario pisar y tal vez los pisados puedan sacar los pies del tiesto.

Vuelve la pertinaz sequía y en Cataluña ya se anuncian problemas para los próximos meses mientras las eléctricas vuelven a enterarse de que en verano se ponen en marcha los aparatos de aire acondicionado y que, como son eléctricos, consumen energía.

Y en la semana que comienza volverán las polémicas sobre las manifestaciones y el número de participantes, y ya hay quien quiere cargárselas porque no son políticamente correctas.

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