Por la boca... Aitor no suelta el tractor

La moción de censura que ha llevado a Pedro Sánchez a La Moncloa, es una buena muestra de cómo en política se cambia fácilmente de opinión, se varían conceptos sobre las personas y sobre los acontecimientos y hasta se abdica de principios que segundos antes parecían inamovibles. En esos vaivenes suele haber pocas sorpresas porque, más o menos, se sabe de qué pie cojea cada formación política e incluso cada persona, pero hay partidos políticos que no solamente no sorprenden, sino que ni siquiera tienen que esperar para poner en marcha sus cambios súbitos, a situaciones más o menos extremas.

Eso es lo que de siempre ha ocurrido con el Partido Nacionalista Vasco y, por descontado, no podía dejar de suceder en esta situación.

Que a las pocas horas de aprobar los presupuestos y dar su 'su confianza' a Mariano Rajoy para lo que quedaba de legislatura, Aitor Esteban anunciara que su partido se sumaba a la moción que iba a echar al Partido Popular del gobierno, no puede sorprender a nadie porque, en todas las ocasiones, esa ha sido la trayectoria de los nacionalistas vascos. Claro está que no es lo mismo Urkullu que Eguibar, pero al final todos concluyen en no soltar el tractor.

Aitor no suelta el tractor porque el tractor de los presupuestos, de las prebendas económicas, de exprimir al máximo a Madrid, siempre que la situación lo permita es, si no el único, el principal objetivo de los Urkullu, los Ortuzar, los Eguibar, los Erkoreka... en todo su devenir político y muy concretamente a la hora de negociar apoyos.

Lo que para otros partidos políticos puede ser una toma de postura que viene dada por la ideología o por una situación determinada, para los dirigentes del PNV ha sido, desde siempre, un planteamiento puramente mercantil, en el más ampluio sentido de la palabra.

Según se ha podido comprobar, lo único que une a las formaciones que han llevado a Sánchez a la Presidencia del Gobierno, ha sido el afán de echar a Mariano Rajoy, pero al PNV no, al PNV le trae sin cuidado quien gobierne en España siempre y cuando puedan sacar del gobernante la tajada que han venido llevándose legislatura tras legislatura.

Y no les va mal. Por mucho que Aitor Esteban en su discurso mostrara remilgos al sí o reticencias al no, lo cierto es que con 5 escaños y menos de 300.000 votos no se puede hacer más ni se puede tener más poder. Y además aseguran el tractor y llenan la alforja con unos y con otros.

Mientras les dejen ¿por qué no?

 
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