Un café sí, señor Presidente, pero ¿cuánto cuesta un disco?

¡Que anécdota más graciosa la de los 80 céntimos! ¡Cómo se han escandalizado algunos -¿acaso creen realmente que Zapatero paga cafés en los bares?- y cómo se han reído otros! Que casualidad que el cafetito de Zapatero haya sido la excusa perfecta para pasar por alto las simplezas que el Presidente respondió a las preguntas verdaderamente importantes. Ya saben, esas tonterías y obsesiones que la derecha “conspiranoica” pregunta a todas horas. Como no tuve ocasión de ver el programa al completo –tan sólo aburridísimos resúmenes- desconozco si alguien le preguntó a ZP acerca del precio de los discos y la situación cultural española, pero me imagino que no.

Para muchos el único logro que cabe atribuírsele a la Ministra Calvo Poyato es el regreso a los escenarios de Héroes del Silencio. Y, lamentablemente, ni siquiera es responsabilidad suya. A pesar de que hace tiempo, en un ejercicio de peculiar humor castizo, dijo aquello de que le gustaría poder decretar por ley el regreso del grupo de Bunbury. Cosa que usted y yo podemos decir tranquilamente mientras tomamos unas cañas en Casa Pepe, pero que quizá pertenece a ese tipo de bromas que una Ministra de Cultura debería evitar. Más que nada porque hay un paso muy corto de ahí a decir con compadreo que “Cervantes era un cachondo”, que “Lorca fue un superpoeta” o a la travesura de escribir en el marco de la puerta de su despacho ministerial aquello de “La vida es una barca’ firmado, Calderón de la Mierda”. De todas formas, en el caso de las declaraciones de Calvo Poyato no es necesario hacer suposiciones, pues su propio historial de comparecencias públicas guarda momentos estelares suficientes como para publicar su particular antología del disparate. En su defensa conviene recordar que creo que esto del regreso de Héroes del Silencio lo dijo la ministra en una entrevista desenfadada en la que posaba con camisetas y discos de sus adorados Metallica, obligándome en aquel momento a titular una de estas Tribunas Libres como “La Ministra del Rock”.

Volviendo al “Aló Zapatero” de nuestra Televisión Española me sorprendería que nadie hubiese preguntado al Presidente de España por los problemas que sufre la industria de la cultura en general y de la música en particular. O sea, los problemas que rodean a Calvo Poyato. Con un gobierno y una ministra entregada estos días por completo a las intenciones desviadas de la Sociedad General de (Algunos) Autores, queda en un segundo plano el hecho, que acaba de confirmarse, de que la prometida y temida Ley de la Música no vaya a salir adelante en esta legislatura. La razón: que no da tiempo. O sea, que mucho viaje de los papeles del archivo de aquí para allá, mucho ante proyecto de Ley del Cine que sólo ha conseguido enojar y enfrentar a todas las partes y mucha reunión de los músicos con Zapatero en La Moncloa pero luego nada de nada. Si te he visto, querida Amaia Montero, querido Alejandro Sanz, querido Alex Ubago o querida Eva Amaral, no me acuerdo.

No voy a decir que me entristezca que no vaya a salir esta ley porque no sé hasta qué punto sería positiva. No lo sé, porque todo lo que hay de esta ley a día de hoy son cuatro simples palabras escritas: “Ley”, “de”, “la” y “música”. Pero sí me molesta que, de fondo, lo que esto significa es un absoluto desprecio del gobierno hacia nuestros músicos. Sí, han tratado de premiar a los “artistas militantes” y a los más ricos con cánones increíblemente abusivos, pero cuando ha llegado la hora de defender a las bases de nuestra industria, el Presidente del Gobierno y Carmen Calvo se han dado la vuelta para seguir trabajando en la Ley del Cine. Y lo triste es que sólo se me ocurren dos razones: por un lado, que en los días en que la consigna callejera socialista era “todos contra el PP” había más cineastas que músicos en las manifestaciones y, por otro, que Zapatero –que fue quien prometió a los músicos esta ley- no tiene ni la más remota idea de lo que cuesta un disco, salvo que sea de Melendi, que es el preferido de sus hijas. Porque, por si no lo recuerdan, fue ZP el que dijo en la Cadena SER que su canción favorita es “Con sólo una sonrisa”, de Melendi, porque es el preferido de sus hijas. Todo encaja.

 
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