El candidato Laporta
¿Se imaginan la que se armaría si el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, cerrara un mitin de Falange, por ejemplo en la localidad de Cercedilla al grito de ¡Viva España! después de haber hecho una defensa cerrada y encendida de la sacrosanta unidad de la nación española? ¿Qué diría de eso la prensa del Movimiento Nacional de Cataluña, la misma que publicó hace unos días el editorial conjunto que mas bien parecía un “prietas las filas”?
Pues eso es lo que acaba de hacer ese personaje que se mueve a caballo entre lo patético y lo ridículo que es el actual Presidente del Barcelona. Laporta lo mismo se queda en paños menores en el aeropuerto del Prat de Barcelona para mostrar de esa manera su protesta porque la Guardia Civil le haga pasar por el detector de metales, que se va a una discoteca y se baña con cava para celebrar la victoria sobre el Real Madrid, que participa en un mitin para apoyar los referéndums independentistas que este pasado domingo se han celebrado en167 municipios de Cataluña.
Laporta tiene todo el derecho a defender las ideas políticas que considere oportunas, pero resulta indecente que aproveche la plataforma que supone la Presidencia del Barcelona para hacer política. Ya sabemos que el Barca “es mas que un club”, pero lo que llama enormemente la atención es que dentro de ese club no haya habido, al menos públicamente, ni un solo socio que haya levantado su voz para protestar por una conducta que recuerda tanto –una vez mas aparece este recordatorio en el oasis catalán- al régimen de Franco, donde gustaba tanto mezclar el futbol y la política. Eso es lo que tienen de común los nacionalistas: se apropian de las instituciones, de las banderas, de los himnos, mezclando todo e identificando a la parte con el todo.
Cada vez parece más evidente que este personajillo que es Laporta tiene aspiraciones políticas. Está en su derecho. Pero lo que tiene que hacer es formalizar su entrada en la misma, presentarse a las elecciones y ver cuanta gente le vota, que a lo mejor se lleva un susto. Aunque a mi me da la impresión que mas bien, Laporta no querrá arriesgarse a llevarse un varapalo en las urnas y esperará mas bien a ver que pasa en las próximas elecciones de Cataluña, y como lo mismo vale para un roto que para un descosido, se ofrecerá, si no lo ha hecho ya, a una de las dos fuerzas nacionalistas de izquierda o de derecha –eso a él no le incomoda- ERC o CIU para entrar directamente en el próximo Gobierno de la Generalitat. La verdad es que resulta un poco cansino pensar que hemos tenido que aguantar unos cuantos años al esperpento de Carod Rovira y ahora se nos anuncia la incorporación a la “casta política” catalana de otro elemento que no le va a la zaga.
Más allá de las payasadas de Laporta, los referéndums de este domingo en 167 localidades de Cataluña son una muestra más del clima de desintegración política y social que reina en esa Comunidad Autónoma y del que es máximo responsable, José Luis Rodríguez Zapatero. Como al Presidente del Gobierno todo, aparentemente, le parece bien, se ha limitado a decir, en relación con estas consultas ilegales, que “objetivamente no van a ningún sitio”.
Y eso lo dice quien ha metido a España en una crisis de cohesión territorial sin precedentes; lo dice quien apoyó e impulsó en primera persona el Estatuto de Cataluña; lo dice quien no deja de presionar un día si y otro también al Tribunal Constitucional para que haga “una gran sentencia” sobre dicho Estatuto; lo dice quien considera que el concepto de “Nación” es “discutido y discutible”; lo dice quien está gobernando en Cataluña desde hace varios años con los independentistas de ERC; lo dice quien le gustaría trasladar al País Vasco el modelo del “tripartito” catalán y librarse de esa manera del apoyo que ahora tiene Patxi López por parte del PP vasco. Pero ya se sabe que Zapatero está encantado de haberse conocido y todo esto le sonará a música celestial.
