¡Un, dos, tres, catorce!

Circula por la Red que Bono, el cantante, no tiene ni idea de español. La cuestión viene a cuento del solemne grito “Un, dos, tres, catorce!” con el que abre el nuevo éxito de U2, ‘Vértigo’.

Hace días Santi Millán logró entrevistar al líder de U2 durante cinco minutos para el programa Buenafuente, de Antena 3. Por fin alguien le hizo a Bono una pregunta que medio país estaba deseando: ¿Por qué el grupo empieza ‘Vértigo’ con el grito “¡Un, dos, tres, catorce!”? Sobre todo teniendo en cuenta que en nuestro idioma, generalmente y salvo casos de fuerza mayor, el número que sigue al “tres” es el “cuatro”. Ahí están Espinete y Don Pimpón para corroborarlo.

Se ha escrito tantísimo sobre esta tontería que me produce cierto estupor ponerme a teclear sobre el asunto. Sin embargo, la hazaña de ese melenudo simpático que es Santi Millán, me sorprendió gratamente. Durante la entrevista Santi explicó detalladamente a la estrella internacional cual es el orden de los números del 1 al 15. Se los recitó lenta y pacientemente. “Rollo Barrio Sésamo”, que diría Jose Corbacho, también colaborador de Buenafuente.

Al artista irlandés no pareció interesarle demasiado aprender a contar numeritos en español. Sin embargo demostró que además de ser una estrella mundial, tiene un fino sentido del humor. Probablemente Madonna habría saldado la cita con un impertinente bofetón a Santi Millán.

Al término de la entrevista el artista comenzaría su apoteósica actuación en un gran recinto abarrotado de Chicago. Bono al despedirse, pidió a Santi Millán que le sugiriera otro número diferente: “Estoy cansado del catorce”. El colaborador de Buenafuente le propuso utilizar el “quince”. Después, mientras se perdía por la zona reservada aseguró a Santi que esa noche lo cantaría así para él. No era muy probable que una estrella como Bono se acordase de hacerlo en el frenético ritmo de un macro concierto de U2.

Para sorpresa de todos, y del propio Santi Millán, Bono abrió Vértigo esa noche con el “¡Un, dos, tres, quince!”. Aunque el público, naturalmente fiel a la versión del disco, balbuceó al unísono un “catorce” con acento americano.

Hay que reconocer que no todo son imprevistos. Al fin y al cabo, en una producción de U2 se cuida hasta el último detalle. Quizá por eso Bono justificó el “catorce” de Vértigo recordando en la micro entrevista para Buenafuente que Bruce Springsteen suele afirmar que “el rock and roll no siempre es uno, dos, tres, cuatro”.

Me gustó el detalle del artista irlandés. Una gran estrella mundial cambia -aunque sea levemente- el guión de un concierto con miles de asistentes, sólo por realizar un guiño a un periodista español. Este tipo de anécdotas logran acercar a los “galácticos” a la tierra. Y miles de fans de U2 aburridos dejarán ya de escribir tonterías apocalípticas sobre el “un, dos, tres, catorce”. Cientos de leyendas urbanas mienten en la Red sobre esos cuatro números que marcan el compás de Vértigo.

Vuelvo a leer lo escrito y me sorprendo al haber logrado llenar una página con un tema aparentemente tan inconsistente. A lo mejor los números de Bono y la entrevista de Santi Millán nos han impactado más de la cuenta. Sólo por haber mostrado a un vocalista de prestigio mundial en una actitud muy diferente a como hasta ahora la conocíamos.

 

Entre tanta tontería, tanta vanidad y tanto lujo, hoy hemos visto a una estrella del rock internacional charlar con un periodista español con la naturalidad y cercanía de un amigo, sin perder la dignidad que su estética y su prestigio le exigen.

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