La comida basura lava su imagen

La comida rápida quiere intentar quitarse cuanto antes el “sanbenito” de ser considerada como “comida basura”. La que más énfasis ha puesto en esta complicada tarea ha sido el gigante Mc Donald’s. Hace pocas semanas, la dirección de esta multinacional anunciaba un cambio de “look” en su mascota, que abandonaría su tradicional puesta en escena con una imagen más deportiva y saludable.

El boom del cuidado personal y el afán por conseguir una mayor calidad de salud ha empujado a miles de consumidores a huir como de la peste de los Burger King, los Mc Donald’s, los Kentucky, etc. Los continuos estudios médicos centrados en el grave problema de la obesidad en determinados países han servido para avivar el fuego. Este intenso debate ha llevado a las cadenas de comida rápida a ponerse las pilas para mejorar su maltrecha imagen.

Hablando de informes, el último que se ha hecho público en Europa refleja que en Reino Unido hay más de un millón de niños menores de 16 años que padecen obesidad, enfermedad que cuesta al Servicio Nacional de Salud de Gran Bretaña casi 500 millones de libras (705 millones de euros) al año. Los pronósticos indican que la obesidad se disparará en los próximos años y que esto conllevará más casos de diabetes, enfermedades del corazón e incluso cáncer.

Y, por si no fuera suficiente, el informe recomienda que el propio Gobierno subvencione el coste de la fruta y las verduras en las escuelas y que aumente la financiación del deporte. Finalmente, y como era de prever, insta a que las autoridades prohíban la publicidad de cualquier tipo de comida basura. Una decisión, cuando menos, rebatible.

Durante este año, Mc Donald’s ha desarrollado en España una intensa campaña de imagen protagonizada por el propio presidente de la compañía, Philip Walch. En los anuncios se podía ver una especie de tarjeta en la que un consumidor exponía su pregunta sobre la calidad de las comidas de esta cadena. En la parte inferior del anuncio se podía ver una imagen de Walch y ‘su’ respuesta.

Todo el movimiento social por llevar una vida sana y deportiva ha puesto contra las cuerdas a estas empresas, que se han visto contra la espada y la pared en un tiempo récord. Mientras, para intentar amortiguar esta avalancha de críticas, las multinacionales han optado por incluir en sus menús platos más dietéticos. La propia Mc Donald’s ha decidido poner unos paneles en sus establecimientos en los que muestra la receta de sus productos, con el número de calorías y grasas.

Esta cruzada va a ser larga y dura.

Y más durante el verano.

 
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