La culpa es de los ingenieros

En 1928 y 1930 ante los ruinosos efectos de la transformación industrial Stalin buscó un chivo expiatorio en los ingenieros de las minas de carbón y en los ingenieros extranjeros de la Vickers. Rodeado de un pueblo idiotizado en las urbes y literalmente machacado en el campo, beneficiario de los esfuerzos del agit-pro nacional y extranjero, Stalin se salió con la suya. Los gobernantes de España, después de que la Unión Europea no tragara plenamente la creación del chivo expiatorio de “los especuladores”, han recreado la jugada cargando contra los funcionarios. De momento parece que las cosas le van saliendo pues más de un cincuenta por ciento de la población entiende que, si no hay más remedio, sean estos quienes paguen los efectos de la crisis con una reducción de sueldos sin precedentes.

Es profundamente hipócrita que quien ha negado hasta el momento la necesidad de ajustar el gasto y han apostado por el aumento brutal de la deuda pretendan dirigir la nueva política de administración de la quiebra. Por otra parte, los gobernantes que han impuesto las durísimas condiciones, propias de un ukase del FMI, se deshacen ahora en elogios a quien ha administrado tan rematadamente mal la crisis pero que parece haber aceptado el triste papel de cipayo de la nueva situación.

Es normal que en una época donde se ha hecho precario el empleo se señale envidiosamente, como ha hecho Blanco, a las personas que tras una larga formación y pruebas de acceso relativamente objetivas han encontrado lo que antiguamente se llamaba un empleo fijo. No se considera la situación comparativa con quienes ejercen la misma función en nuestro entorno, ni la pérdida de poder adquisitivo durante la expansión, aquella gloriosa época cuando los beneficios de las recalificaciones y de la burbuja inmobiliaria permitieron unos emolumentos que se justificaban con el “riesgo” que se corría en el sector especulativo (productivo en el discurso del actual despertar a la realidad). Imagínense la cara que se le quedará al abogado del estado, juez, profesor con dedicación a tiempo completo, oficial de las fuerzas aéreas etc. cuando advierta que los responsables del actual fiasco administrarán la recomposición recortando sus “enormes” emolumentos, que eran considerados ridículos en el sector privado.

También les tocara aceptar su definitiva proletarización fuertemente sujetos a los sindicatos donde el poder político ha delegado las funciones de control, hacedores de administradores, de rectores, de catálogos de puestos, de promociones y de postergaciones. . Mientras debemos observar como quienes financiaron campañas, regalaron cuadras y recibieron sustanciosos contratos públicos miran con rostro severo alegrándose de que el Gobierno entre, por fin, en razón.

 
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato