El día 7, del mes 7, 7 años después

Este 7 de julio aguardaban tensos los 52 prisioneros de conciencia, de los 75 condenados 7 años antes por dar voz a   sus mentes en Cuba, donde el gobierno no pudo impedir pensar, pero sí prohibir opiniones distintas a las impuestas desde el 1 de enero de 1959.

Los rigores de las hacinadas cárceles se estrellan contra su convicción de que la razón está de su parte. Su fortaleza permitiría cumplir las injustas condenas de hasta 28 años, a pesar de la salud minada y el sufrimiento de las familias, pero desde hacía casi dos meses una luz de esperanza alumbraba las celdas por las gestiones de la Iglesia Católica Cubana con las máximas autoridades para obtener su libertad.

Ante la carencia de información habitual en Cuba, intensificada en las prisiones, dedicaban los pocos minutos permitidos para llamadas telefónicas a procurar noticias con sus familiares y colegas. Sólo habían acercado a 12 a sus lugares de residencia y liberado a Ariel Sigler cargado de enfermedades. Pasaban los días, el proceso continuaba, se les pedía más paciencia y confianza en que tendría un buen desenlace. Afuera, no faltaban las voces pesimistas y hasta las que auguraban engaño.

No obstante, por primera vez el gobierno había reconocido como interlocutor a una institución nacional de gran prestigio y se evidenciaba el apoyo internacional. El Canciller Moratinos lanzó nuevamente sus campanas al vuelo; ahora para acompañar las negociaciones de la iglesia cubana, labrado en su estandarte: “eliminaré la Posición Común de 1996”. Con recelo de la mayoría, en esta ocasión gracias a la seriedad de la institución católica, se le dio un voto de confianza.

Mientras, se entretenía a la población con el Mundial de Futbol y hasta en los cines de La Habana se veía en vivo un deporte por primera vez; algo muy inusual, pues ni siquiera con el beisbol, deporte nacional, se ha hecho. Muy a propósito en un verano caliente, no sólo por el clima, sino por las carencias y el descreimiento de la población en los cuentos –promesas- del supuesto Estado paternalista (totalitario). Grande eran el entusiasmo y el juego prohibido por los equipos. También los isleños del Caribe deliraron con la victoria de la selección española. 

De pronto, comenzó a llegar a las agencias de prensa acreditadas en La Habana la Nota de Prensa del Arzobispado de La Habana, que rebotó inmediatamente en España, Miami, Europa, América Latina. Sonaron los teléfonos de los disidentes y familiares de los presos para conocer su reacción, pero primero debieron leerles el contenido, porque dentro de Cuba no se sabía. No tenemos acceso a Internet en casa y los medios no anunciaron nada. 

El presidente Raúl Castro se había reunido con el Cardenal Ortega y Moratinos, a quienes comunicó que los 6 prisioneros de conciencia alejados aún de sus hogares se acercarían, 5 saldrían próximamente a España y en el curso de 3 a 4 meses los 47 restantes serían liberados. Ese fue el contenido de la Nota. Pregunta inmediata: ¿Quiénes son los 5? No se decía, pero era un buen comienzo, sobre todo si se considera que terminará el injusto encierro y habrá la posibilidad de decidir si se permanece en el país.

Preocupación inmediata ha sido el delicado estado Guillermo Fariñas, en huelga de hambre desde hace más de 4 meses, en reclamo de la liberación de los 26 prisioneros de conciencia muy enfermos.   No debe perderse a un valioso cubano y se continuaba insistiendo en que deponga su actual sacrificio, ante las próximas excarcelaciones.

Confirmó el compromiso del gobierno la publicación de la Nota del Arzobispado en el periódico Granma el 8 de julio. Posiblemente haya empezado el futuro que merece el pueblo de Cuba.

 
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