Será legal, pero es inmoral

El reciente auto del Tribunal Supremo diciendo que no hay motivos de ilegalidad en la reunión que el PSE mantuvo el pasado mes de julio con dirigentes de Batasuna, ha sido aprovechado por los propios socialistas y por sus medios de comunicación afines para, en un ejercicio bastante infantil, sacar pecho y decir algo parecido a lo siguiente: ¿veis como nosotros, el Gobierno y el PSOE, somos los buenos, los que queremos la paz y los que ponen chinitas en el camino –evidentemente el PP y las víctimas del terrorismo- lo único que pretenden es que el “proceso” fracase por razones partidistas?.

El Alto Tribunal puede decir lo que crea oportuno –de hecho es lo que acaba de realizar- y en un sistema democrático hay que acatarlo, aunque a veces, como en este caso, cueste entenderlo. Porque si es legal reunirse con los portavoces de un grupo político que ha sido ilegalizado por formar parte de una banda terrorista –según sentencia firme del mismo Tribunal Supremo- ¿sería también legal que los representantes del partido en el gobierno mantuvieran una reunión con los portavoces, por ejemplo, de la Asociación de violadores de menores del norte de España, con el argumento de que lo hacen para mirarles a los ojos y para pedirles que dejen de violar a niñas? Pues quizás, según el Tribunal Supremo, también esa reunión sería legal, pero no dejaría, al igual que la mantenida con Batasuna, de ser profundamente inmoral y una indecencia.

Por lo tanto, que los socialistas y sus coríferos mediáticos saquen todo el pecho que quieran, pero para la inmensa mayoría de los españoles, la foto de Patxi López con Arnaldo Otegui en un salón privado del Hotel Amara Plaza de San Sebastián, es y será la foto de la ignominia, la instantánea de la indignidad. Eso lo pensamos muchos ciudadanos, y entre ellos, una víctima del terrorismo, Pilar Ruiz, la madre de Joseba Pagazaurtundua, que se plantó el día de la reunión en la puerta del citado hotel y con la cara desgarrada por el dolor, por el sufrimiento que está pasando esta mujer desde que ETA asesinó a su hijo, le espetó al secretario general del PSE el calificativo de “traidor” y le recordó que “con la memoria de su hijo no se juega”. Ejemplo de dignidad y de fortaleza moral el que ese día y en otras muchas ocasiones nos ha dado Pilar Ruiz.

A raíz de la valoración que del auto del Supremo hizo el líder de la oposición, Mariano Rajoy, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba le acusó de tener una doble moral. Si, sí, han leído ustedes bien: el acusador fue Rubalcaba y el contenido de la acusación el descrito. Según Rubalcaba, cuando el PP se reunía con Batasuna, era moral y cuando lo hacen los socialistas, es inmoral. Rubalcaba miente y manipula tanto, que ya no distingue entre la realidad y  la ficción que él mismo se crea.

Pero algunos, mal que les pese a los incondicionales de Zapatero, vamos a seguir muy empeñados en que no se falsifique nuestra historia reciente y mucho menos en una cuestión, como la de la lucha antiterrorista, donde los socialistas deberían ser un poquito más prudentes, porque si desempolvamos el pasado, tan reciente por otra parte, saldrían muy mal parados. ¿O quiere el PSOE que se le recuerde el GAL, el saqueo de los fondos reservados, el haber nombrado al frente de la Guardia Civil a un “personaje” como Roldán o el de haber tenido a un Ministro del Interior, a un Secretario de Estado de Seguridad o a un Director General de la Seguridad del Estado en la cárcel?.

Efectivamente, los enviados de Aznar, en la tregua de ETA del 98, se reunieron solamente una vez con dirigentes de Batasuna, que entonces era una organización legal. Les pidieron que hicieran de mediadores ante ETA para que la banda terrorista pasara de la tregua permanente al abandono definitivo de las armas. Al comprobar, en la misma reunión, la nula voluntad de los miembros de Batasuna de llevar a cabo esa labor y confirmar que su único interés era hablar de cuestiones políticas, los enviados del Presidente del Gobierno dieron por finalizada la reunión y no volvieron a celebrar ninguna otra.

En cambio, el PSOE, el PSE y Zapatero llevan ni se sabe cuantas reuniones con Batasuna. Una pública –la de Patxi López con Otegui- y otras muchas a solas o en presencia del PNV, en lugares como Loyola, Aranzazu o la propia sede de los nacionalistas en Bilbao. Las dos grandes diferencias con lo que hizo el Gobierno de Aznar, es que ahora, el PSE se está reuniendo con los portavoces de una organización política ilegalizada por formar parte de ETA. Y la segunda diferencia: en estas reuniones se están hablando de cuestiones políticas tan delicadas como Navarra, la cosoberanía o el derecho de autodeterminación.

¿Dónde está la doble moral señor Rubalcaba? Para intentar verificar que la voluntad de ETA es dejar para siempre la violencia, ustedes no sólo tienen el permiso del Congreso de los Diputados, sino que es una obligación el que lo hagan. Pero para chalanear con una banda terrorista o con su brazo político, para dejar tiradas a las víctimas del terrorismo o para pagar un precio político por la paz, no tienen ustedes ninguna legitimidad moral, aunque puedan ser reuniones muy “legales”.

 
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