Cuando los fans regalaban joyas y existía verdadera paridad...

Me pregunto si esto ocurre todavía. ¿Existen hoy esos hombres capaces de ofrecer un bracelete de oro esmaltado de finales del XIX, como hizo Pierre Lazareff, patrón del diario France-Soir con ocasión del estreno de “La Puce à l’oreille”? Y, en nombre de la paridad, ¿es que tiene lugar en la actualidad realizar semejantes excesos para expresar admiración ante una dama?   François Fabian desde luego disfrutó de la pasión de sus admiradores. Considera que estuvo mimada por la suerte cuando era joven. Le gustaban los aderezos 1900, y sobre todo los trabajos de esmeraldas traslúcidas de Lalique, de Vever y de Fouquet, había hombres deseosos de ofrecérselos y ella se dejaba querer.   Ahora, en lugar de tenerlos en el joyero, cada vez que quiere ponerse un collar, unos pendientes o una sortija, tiene que acudir a la caja que tiene en el banco. Para librarse de semejante esclavitud ha preferido, como el común de los mortales, pasarse a las joyas de fantasía.   Como su hija, heredera natural de todos esos tesoros con su pequeña historia cinematográfica, no quiere saber nada de joyas, François Fabian ha decidido darles salida a través de una subasta. Es la oportunidad para los cinéfilos y admiradores de la actriz francesa, conocida por sus papeles en “Belle de jour” de Buñuel, “Raphaël” de Michel Deville o “Madame Claude” de Just Jaeckin, de hacerse con un pequeño tesoro.

 
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato