La tercera en la frente

Se preguntaba el pasado sábado Rubalcaba como es posible que tras casi tres años sin atentados, haya gente que se manifieste contra la política antiterrorista de este Gobierno. Si no conociéramos a este “personaje” se le podría conceder el beneficio de la duda y concluir que es una pregunta llena de ingenuidad. Nada más lejos de la realidad. Zapatero, Rubalcaba, De la Vega, Blanco y todo el aparato mediático del Gobierno —TVE, la SER, El País- que en diferentes grados han saltado como hienas ante el rotundo éxito de la manifestación del pasado sábado en Madrid convocada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo, saben perfectamente porqué en trece meses, cientos de miles de españoles han salido a la calle en tres ocasiones diferentes para manifestarse contra la política antiterrorista que está llevando a cabo el actual Presidente del Gobierno. Pero tengo la impresión que Zapatero, una vez más, no va a escuchar este clamor de la calle que le pide dos cosas: que no negocie con ETA y que no pague un precio político por la paz. Y no lo va a hacer, porque sigue pensando que está llamado por Dios y por la historia para conseguir el fin de ETA, sin pararse a pensar si se dan las condiciones para ello y, sobre todo, sin querer aceptar que la banda terrorista no se va a conformar con una “paz por presos”. No hay más sordo que el que no quiere oír, y ETA lo lleva diciendo alto y claro hace mucho tiempo. Sus objetivos son: el derecho de autodeterminación y la unidad territorial de Euskal Herria. Mientras que en Moncloa las cosas transcurren por ese equivocado sendero, la sociedad española ha vuelto a demostrar el pasado sábado su fortaleza moral. A pesar de las adversas condiciones climatológicas; a pesar del escaso margen de tiempo con que se convocó la manifestación; a pesar del boicot de los medios de comunicación controlados por el Gobierno; a pesar de todo eso, cientos de miles de ciudadanos estuvieron acompañando a las víctimas en las calles de Madrid. Y es en ese punto donde Zapatero no mide bien sus pasos. Desprecia la fibra moral de los españoles que siempre estarán con las víctimas y que rechazan y rechazarán cualquier atisbo de negociación y cesión a los terroristas. Se equivocó no acudiendo al III Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo celebrado recientemente en Valencia y ahora se seguirá equivocando si no rectifica, cosa muy poco probable, su política antiterrorista. Dando la vuelta a la pregunta de Rubalcaba que relataba al comienzo de este artículo, el Gobierno debería de preguntarse el “por qué” la gente se manifieste en el último año, no contra los terroristas, sino contra la política antiterrorista del ejecutivo. Pero lo fácil, como han hecho dando muestras de un gran nerviosismo, desde la Moncloa y sus aledaños, es descalificar a la AVT, a su Presidente Alcaraz y cargar todas las tintas contra el PP. Lo dicho, no hay peor ciego que el que no quiere ver. Lo lógico, lo que dicta el sentido común, sería que el Presidente del Gobierno descolgara el teléfono y llamara al líder de la oposición, Mariano Rajoy, para convocarle a una conversación en la Moncloa que tuviera dos objetivos básicos: informarle de lo que está haciendo con ETA y recuperar el Pacto Antiterrorista. ¿Lo hará Zapatero?. Sinceramente creo que no.

 
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