La zancadilla imposible a Cristiano Ronaldo

Lo que queda bien en un columnista es hablar de Cervantes. O citar a Maimónides. O utilizar los patrones de pensamiento de algún filósofo clásico para dibujar gruesos argumentos con el más fino de los trazos. Ya lo sé. Lo que queda bien en una columna de opinión es decir que uno mata sus horas de aburrimiento leyendo, en su lengua original, a un poeta chino que nadie conoce y cuyo nombre ni siquiera ofrece resultados en Google. Lo queda bien nunca me ha importado mucho.Por eso, sin ánimo de despreciar a los eruditos de la prensa española, y con la única intención de fustigar levemente a los pedantes –que son legión- he venido a hablarles del videojuego que ha conquistado mi corazón: el Pro Evolution Soccer (PES). Excepto por el cansancio físico, ya no hay muchas diferencias entre saltar al césped del Santiago Bernabéu como uno más entre los jugadores del Real Madrid, y hacer lo mismo en el PES 2009.

El juego me facilita además ajustar ciertas cuentas. Por ejemplo, me permite zancadillear con insistencia a Cristiano Ronaldo. Se trata de algo que solamente haría en un videojuego, claro. Pero es que si hay un jugador en el mundo que me cause total antipatía es Cristiano Ronaldo. Henry y Eto’o tampoco se quedan cortos. Se me hace difícil comprender como Xavi e Iniesta, dos de los tipos más simpáticos de nuestro fútbol, pueden compartir escuadra con semejante pareja. Pero no crean: nada comparable a mi aversión al portugués.

Las razones de mi desencuentro con el astro se han visto acentuadas por culpa de los programadores del PES, que cometieron con él uno de los errores más graves de la saga. En el PES 2009, un año más, nada ni nadie puede parar a Cristiano Ronaldo. No es un hombre, es una bala. Cuando corre por la banda es una mezcla entre liebre, apisonadora y cohete espacial. Si intentas robarle el balón en el centro del campo con algún futbolista hábil –por ejemplo, Xabi Alonso-, se te escapa fácilmente. Si tratas de atacarle por la vía de la contundencia, sacudiéndole un buen viaje –por ejemplo, con Albelda-, ni se inmuta, sigue su carrera. Y nada sucede tampoco si sales a su paso con tres expeditivos defensas. No llegarán a tiempo para impedir su galopada. Los driblará a todos con imposible facilidad e introducirá el balón en tu portería sin despeinarse. Así una y otra vez. Esta deformada capacidad divina que el PES otorga al futbolista portugués ha contribuido de forma importante a mis rencores. Provoca además que todos los pelmas que pasan horas jugando en red escojan siempre como equipo al Manchester United F.C. de “Ronaldito”.

Su forma de ser y su habitual chulería tampoco ayudan. Confieso que esta semana me he excedido en patadas, empujones y entradas por la espalda y sin balón. Colecciono tarjetas rojas por culpa de “CR7”. Ha sido mi respuesta a su insuperable vanidad, y a su empalagosa falta de modestia. Como saben, se ha definido a sí mismo como un futbolista “genial”. Han de saber que me consta que el chico cree haberse quedado corto con sus declaraciones. De haber dispuesto de cinco minutitos más para hablar de sí mismo, se habría declarado inventor del fútbol, rey del balón, amo del universo y profesor de aprendices como Di Estefano, Pelé, o Zidane. Tradicionalmente –con excepción de Cesc Fabregas-, todos los futbolistas que son imagen oficial del PES se vuelven insoportables. La última prueba es Messi. Este año le han concedido la imagen oficial del videojuego y de pronto se dedica a escupir a los rivales.

Da pena ver cómo se ama a sí mismo Cristiano Ronaldo, siendo un futbolista de cualidades bastante inferiores a las que se le atribuyen normalmente y, por supuesto, infinitamente inferiores a las que le atribuyen los entusiastas del PES 2009, que han perdido el juicio a la hora de crear sus parámetros. Van camino de repetir el error con Messi, con la salvedad de que el argentino lo merece algo más que el portugués.

En resumen. Mi ovación pública a los creadores del PES 2009 porque un año más parece inmejorable el realismo que han logrado. Pero me resulta indignante que hayan incluido a un superhombre en lugar de Cristiano Ronaldo. Espero que lancen pronto una actualización gratuita para corregir el desnivel. Al menos para quitarle un puntito de su ultrasónica velocidad. Están contribuyendo a que su insoportable amor por sí mismo se multiplique cada día. Y además, no nos facilitan nada a sus detractores la divertida tarea de perseguirlo por la banda y segarle finalmente los tobillos al borde del área. Corre demasiado.

 
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