¡A por ellos, oé!

El grito coreado “¡A por ellos, oé!” sugiere, de entrada, connotaciones deportivas: se puso de moda en los estadios no hace mucho como empuje para animar a los propios en el objetivo de vencer a los contrarios.

Se trata, sin embargo, de un eslogan que también parece apropiado para animar a otros colectivos, y en este caso a las fuerzas de seguridad. ¿Animarles a qué? A que sigan deteniendo a etarras emboscados y escondidos, como acaba de suceder.

La Guardia Civil detuvo ayer a Jon Lizarríbar Lasarte, de 36 años, y Rubén Gelbentzu González, de 35, acusados de integrar un comando legal de ETA, autores de al menos cuatro atentados en 2002: contra la Universidad de Navarra, El Corte Inglés de Zaragoza y dos empresas de las localidades navarras de Arguedas y Azagra.

A la vista del actual ‘proceso’ que se vive en el País Vasco, esos personajes a lo mejor se creían ya impunes y que por tanto nunca tendrían que responder ante la justicia de sus tropelías: pues estaban muy equivocados. A la vista queda.

Y yo me pregunto. ¿Cuántos individuos más en el País Vasco son responsables de acciones violentas y de delitos terroristas sin que hasta ahora hayan sido descubiertos? Pues que no duerman tranquilos, que vivan atemorizados, ante la posibilidad de que en cualquier momento pueden acabar en el calabozo y después en la cárcel. No hay olvido para los delincuentes.

Enhorabuena a las fuerzas de seguridad, enhorabuena al ministerio del Interior y al Gobierno por esa política de seguir persiguiendo y deteniendo a los que han sido, y tal vez aún son, terroristas. ¡A por ellos, oé!

editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena

 
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato