Otro nuevo problema para el líder socialista en funciones

Acusan a Javier Fernández de actuar ilegalmente al frente de la gestora del PSOE

Cargos que asumieron el mando tras la salida de Almunia le echan en cara: actuar como si fuera una ejecutiva, hacer nombramientos, impulsar una conferencia política que condicionará el congreso extraordinario

Javier Fernández ha cumplido ya dos meses como presidente de la gestora, que dirige el PSOE desde el tensísimo Comité Federal que provocó la dimisión de Pedro Sánchez, el pasado 1 de octubre. En este periodo, el asturiano no ha parado de recibir críticas de los afines al ex secretario general. Pero ahora se enfrenta a una nueva amenaza: la de quienes que estuvieron en el 2000 en esa misma situación.


El 13 marzo del año 2000, y después de una derrota sin precedentes en las elecciones generales celebradas el día anterior, Joaquín Almunia anunció su dimisión como secretario general del PSOE. Esa decisión provocó la creación de una comisión gestora, formada por 15 cargos del partido y dirigida por el entonces presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves.

Los otros integrantes de la misma fueron: Nicolás Redondo, Luis Pizarro, Celestino Corbacho, Manuela de Madre, Cristina Alberdi, Máximo Díaz Cano, Teresa Morales de León, Amparo Marzal, Francisco Fernández Marugán, Tomás Rodríguez Bolaño, Elena Valenciano, Amparo Valcarce, Juan Antonio Barrio y Javier Paniagua.

Javier Fernández “se salta el reglamento”

Dieciséis años después, la situación por la que atraviesa el PSOE es muy similar, con una gestora al frente, aunque con ciertas salvedades: el secretario general, Pedro Sánchez, dimitió después de ser forzado en un Comité Federal, y la actual gestora está integrada por la mitad de personas que la de entonces. No obstante, las diferencias son aún mayores en la forma de actuar de una y otra.

Javier Fernández “se salta el reglamento”. Así lo aseguran a El Confidencial Digital integrantes de la comisión gestora del PSOE creada en el 2000, que afirman no estar “demasiado conformes” con la actuación de Fernández en los dos meses que lleva al mando del partido.

En primer lugar, denuncian que el actual órgano de gobierno de los socialistas hasta la celebración de un congreso extraordinario, se saltó, “desde el minuto 1 en el que fue constituida”, los estatutos y el reglamento interno del partido.

En concreto, miembros de la gestora post-Almunia aluden al artículo 70,2 de la Normativa Reguladora de la Estructura y Funcionamiento General del Partido, ratificada en el congreso de 2014, que dice lo siguiente:

--“Las comisiones gestoras se designarán de mutuo acuerdo entre la CEF y las Comisiones Ejecutivas Regionales o de Nacionalidad. Las funciones de dicha Comisión Gestora así como el plazo serán establecidos en la correspondiente resolución”.

Según esas fuentes, y en base al citado artículo, “la gestora tuvo que haber sido votada por la totalidad del Comité Federal, y no por los cuatro que quedaron en Ferraz la noche del 1 de octubre”.

Además, añaden, “debió ser ratificada después por todas las ejecutivas regionales”. Unos pasos que ellos sí tuvieron que dar hace 16 años.

 

Recuerdan que la gestora no es una ejecutiva federal

Basados en ese mismo artículo, remarcan que es el Comité Federal, en su totalidad, el que debe decidir las funciones a desempeñar por una gestora, y que eso no se hizo el pasado 1 de octubre.

En su lugar, se filtró a posteriori un documento en el que se anunciaba la decisión de “atribuir a la Comisión Gestora las competencias recogidas para la Comisión Federal en los Estatutos y la normativa interna que los desarrollan”. Una maniobra que, según las citadas fuentes, es “ilegal”, ya que no se votó en un Comité Federal convocado a tal efecto.

Ese documento, no obstante, le ha servido a Javier Fernández para tomar decisiones propias de una ejecutiva federal, como los ceses de portavoces de comisiones parlamentarias en el Congreso, o el nombramiento de Vicente Álvarez Areces como nuevo portavoz del PSOE en el Senado.

Además, añaden, la gestora está preparando la celebración de una conferencia política que fije la posición política del PSOE antes del congreso extraordinario, algo que “debe ser convocado por el nuevo secretario general y no cuando no existe una dirección estable en el partido”.

“Con nosotros hubo congreso en cuatro meses”

Las fuentes consultadas concluyen que la gestora está incumpliendo con el único mandato real que tiene ese organismo, que es la convocatoria de un congreso o una asamblea para elegir nuevo secretario general, tal y como establece el artículo 70.3:

--“Una vez terminado el plazo establecido, o cuando la CEF lo estime oportuno, se restablecerá el funcionamiento normal del Partido, procediendo a la elección de los órganos preceptivos. La Comisión Gestora convocará la celebración de una asamblea para reiniciar la actividad, la convocatoria deberá hacerse dentro de los 7 días hábiles siguientes al plazo establecido o a la comunicación de la CEF”.

En ese sentido, los miembros de la gestora formada tras la dimisión de Almunia contactados recuerdan que “nosotros en cuatro meses convocamos el congreso. Nos reunimos un par de veces y aprobamos el calendario, que es lo que debería haber hecho Javier Fernández desde el primer momento”.

Efectivamente, en julio del año 2000, y apenas cuatro meses después de la salida de Almunia, el PSOE celebró un congreso, en el que José Luis Rodríguez Zapatero fue elegido secretario general de los socialistas. Ahora, añaden, “lo posponen argumentando que hay división; pero más división había entonces entre los felipistas, los borrelistas y los afines a Bono”.

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