La batalla Aguirre-Gallardón es historia. Cospedal y Feijóo se perfilan como los nuevos nombres para reemplazar en el futuro a Mariano Rajoy como cabeza del PP

El debate sucesorio no está planteado en el Partido Popular, pero en Génova se da por finiquitada la pugna por el liderato del partido que protagonizaron Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón. Los nombres que ahora suenan con fuerza son los de María Dolores de Cospedal y Alberto Núñez-Feijóo.

La cúpula del Partido Popular vive en estos momentos días dulces. Los datos de intención de voto mejoran sondeo tras sondeo, y ya se da por amortizado el Caso Gürtel. Según reconocen a El Confidencial Digital miembros tradicionalmente críticos con el liderazgo de Mariano Rajoy, por más que el gallego todavía genere incertidumbre en la militancia por su “falta de discurso”, el presidente ha logrado “normalizar el partido”.

No es momento, por tanto, para que se planteen alternativas, pero eso no quiere decir que en la cúpula no se sigan observando los movimientos internos en el partido: quién sube y quién baja, quién tiene y quién no tiene expectativas o ambiciones de futuro.

En este sentido, ECD ha recogido, de miembros de la cúpula, impresiones sobre nuevos perfiles de líderes que hay que tener en cuenta mirando al porvenir. Son, ante todo, Alberto Núñez Feijóo y María Dolores de Cospedal. El ascenso de esta nueva generación ‘popular’ coincide con la merma de expectativas de los tradicionalmente considerados líderes alternativos del PP, Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón. Por no hablar de otros como Javier Arenas.

Feijóo, el nuevo político del PP

En lo que respecta al presidente de la Xunta de Galicia, desde el entorno de Alberto Núñez Feijóo se ha filtrado que sus ambiciones no se paran en la presidencia autonómica, sino que aspira en el futuro a dar el salto a la política nacional, para tratar de llegar en su día al Palacio de la Moncloa. El Confidencial Digital así lo ha recogido de personas que trabajan diariamente mano a mano con el presidente gallego.

Feijóo tiene a su favor un perfil ejecutivo, limpio, de gestor. Esa imagen y su brillante victoria en las gallegas, que marcó un antes y un después en la trayectoria del ‘marianismo’, le han hecho erigirse en el modelo de los nuevos lideratos autonómicos del PP designados por Rajoy, como José Ramón Bauzá en Baleares, Antonio Basagoiti en el País Vasco, Santiago Cervera en Navarra, y Alicia Sánchez-Camacho en Cataluña.

No obstante, Feijóo prefiere en estos momentos centrarse en su trabajo en la Xunta, lo que no le ha impedido tener intervenciones particularmente asertivas y en clave nacional durante las reuniones de la Ejecutiva nacional que tienen lugar los lunes en la sede de Génova.

Cospedal tiene que ganar en Castilla-La Mancha

Respecto a la secretaria general de los ‘populares’, y ‘número dos’ del partido, Dolores de Cospedal, la actual candidata a la presidencia de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha no ha expresado personalmente, por el momento, ninguna ambición de aspirar a la presidencia del Gobierno. Cospedal está centrada en su comunidad autónoma, en el manejo del partido y en su labor en el Senado. Con todo, fuentes del PP aseguran que ya es tenida en cuenta para el futuro.

 

Esto se justifica por un perfil de gran trabajadora –compatibilizar tantos cargos implica una agenda siempre cargada- y, ante todo, por su dureza y capacidad de aguante. En este sentido, se habla de que Cospedal ha tenido que soportar la campaña de acoso del PSOE, ante todo en el Senado, donde socialistas como Leire Pajín, y diversos ministros, como Carme Chacón o Celestino Corbacho, han hecho de ella el objeto de sus ataques, en una estrategia que en el PP atribuyen a Alfredo Pérez Rubalcaba.

El ministro del Interior habría puesto a Cospedal en su punto de mira, a raíz de que el Caso Gürtel, en cuyo manejo dentro del PP Cospedal consolidó por primera vez su autoridad, haya sido un fracaso en los objetivos de descrédito ‘popular’ que tenía el PSOE.

Cospedal, además, ha logrado hacerse hueco en el partido pese a carecer de apoyos internos y sufrir la hostilidad de Javier Arenas y Ana Mato.

Al margen de esto, también se valora que haya sobrevivido al silencio mediático al que los medios afines a José María Barreda la han condenado en Castilla La Mancha. Además, la secretaria general se ha sobrepuesto a las críticas de no pocos sectores de la derecha que le reprochaban un perfil excesivamente centrista.

Como fuere, el mayor activo de Cospedal todavía ha de verificarse. En la cúpula ‘popular’ se considera que, de cumplirse los vaticinios de las encuestas y ganar en Castilla La Mancha, la secretaria general incrementaría de modo espectacular su valor como activo político, convertida en estrella indiscutible del partido. Su figura, además, puede cobrar más valor si el PP logra descabalgar de su puesto a José Bono, en la medida en que ésa es una batalla dirigida con especial implicación por Cospedal.

Aguirre y Gallardón

El ascenso en predicamento de Feijóo y Cospedal no sería posible si la gran batalla habida en estos años entre Alberto Ruiz-Gallardón y Esperanza Aguirre no hubiera terminado por desactivar las expectativas de los dos líderes madrileños.

Desde la rotunda intervención de Mariano Rajoy en la Ejecutiva el pasado otoño a raíz de los insultos del vicealcalde, Manuel Cobo, a Esperanza Aguirre, a raíz del caso de presunto espionaje hacia su persona y hacia otros, Gallardón ha optado por una estrategia de hibernación mediática y de realineamiento con el ‘marianismo’.

El alcalde y Rajoy están en contacto telefónico casi a diario, y Gallardón es requerido por el PP de todo el país en sus actos, especialmente en Cataluña, Andalucía y País Vasco. Gallardón, según cuentan a este diario fuentes de la cúpula ‘popular’, ha abandonado los gestos que antaño se atribuían a su afán de protagonismo (llegar un poco tarde a los mítines, arrastrar a los periodistas hacia sí).

También desde el propio entorno del alcalde se apunta a esta estrategia de silencio mediático como muestra de su fidelidad hacia Rajoy, y por estar el alcalde en un proceso de meditación sobre su futuro político, que de momento no tiene más horizonte que presentarse a la alcaldía de Madrid para dejar paso en el medio plazo a Ana Botella.

En lo que respecta a Esperanza Aguirre, diversas personas de la cúpula del PP han indicado a El Confidencial Digital que su ausencia en la aludida reunión de la Ejecutiva el pasado otoño terminó por anular las simpatías que le quedaban a la presidenta autonómica.

Fue un gesto que se interpretó como muestra de arrogancia y de falta de solidaridad con sus compañeros de otras regiones. La propia Aguirre, en los últimos tiempos, ha pasado, de buscar diariamente la atención de la prensa (posados con el capote taurino, etc.), a hacer gestos de adhesión a Mariano Rajoy, por más que entre ellos dos sigue instalada la desconfianza.  

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