La ministra Alliot-Marie propone a sus colegas de Interior redactar un manual sobre cómo impedir el reclutamiento de yihadistas en las cárceles
Al Qaeda está consiguiendo reclutar terroristas en las prisiones de Francia, según la titular del Interior, Michèle Alliot-Marie, en unas declaraciones a Le Figaro. Y quiere tomar medidas, pero también a nivel europeo.
Según la ministra, las cárceles galas están siendo un auténtico vivero para las nuevas células terroristas, especialmente la organización Al Qaeda del Magreb, Por eso, ha propuesto a sus colegas europeos la redacción de un manual sobre tratamiento del islamismo en las cárceles, con el fin de informar a los profesionales de la seguridad sobre cómo detectar e impedir esos reclutamientos.
De acuerdo con los datos que maneja la seguridad francesa, algunos barrios son también zonas de captación por los activistas salafistas. Y esos jóvenes son enviados a territorios islámicos para su formación “teológica” en escuelas coránicas, como las madrasas de Pakistán, Egipto o Yemen.
Se calcula que más de una decena de jóvenes yihadistas franceses han llegado a la zona pakistaní-afgana para recibir enseñanzas y entrenamiento por parte de los talibanes, una información confirmada a París por varias agencias de inteligencia, europeas y no europeas. A lo largo del año 2007, 89 islamistas radicales han sido interrogados en Francia como parte de las investigaciones antiterroristas, y otros 55 han sido detenidos de enero de este año.
Alliot-Marie revela que Al Qaeda se ha “descentralizado”. Dirigentes de los países del Golfo le han confiado que los atentados preparados durante mucho tiempo, que es lo practicaba hasta hace poco, han dejado paso ahora a ataques oportunistas, no programados, y cometidos por individuos adoctrinados a través de Internet. Opina que es necesaria más cooperación entre los ministerios del Interior a la hora de vigilar los mensajes que se transmiten por Internet.
Francia recibe entradas desde cinco países de riesgo, como Pakistán o Yemen. De acuerdo con las compañías aéreas, tiene ya acceso a los nombres y datos principales de llegada y salida de los viajeros considerados peligrosos, pero quiere ampliar esa información a otros países y a otros vuelos con escala, lo que impediría, por ejemplo, el sistema de pasar a través de Suiza para así borrar pistas.
