Otra crisis para el BNG: se plantea suprimir Galeuscat y aliarse con Esquerra y Aralar en las elecciones Europeas

Tiempos convulsos para el BNG. Tras su descalabro en las gallegas, el partido busca un eurodiputado que no tiene asegurado con la coalición GALEUSCAT (CiU, PNV, BNG) pero sí con ERC y Aralar.

La reedición de GALEUSCAT, coalición nacionalista para las elecciones europeas, está en peligro. El principal peligro viene del BNG: el partido galleguista es consciente de que en junio se puede repetir el mismo escenario que en las elecciones pasadas, es decir, que los dos escaños de GALEUSCAT sean ocupados por miembros de CiU y PNV, quedándose fuera los gallegos por su menor número de votos aportados a la coalición.

La caída en votos y la salida del Gobierno gallego a raíz de las elecciones del 1 de marzo, así como la dimisión en pleno de la Ejecutiva, con Anxo Quintana a la cabeza, y las subsiguientes luchas de poder, configuran un escenario complejo para el BNG. Es en el marco de este escenario complejo que se necesita un resultado políticamente aceptable en las europeas. Es decir, un escaño: un escaño más accesible con ERC y Aralar que con CiU y PNV.

Así, El BNG se ha aproximado a ERC y Aralar para integrar la plataforma Europa de los Pueblos junto a grupos como Chunta Aragonesista y Eusko Alkartasuna y otros de menor representación. La caída en votos de EA, junto al ascenso de Aralar, determina un modelo en el cual el BNG podría acceder a un eurodiputado repartido proporcionalmente según los votos aportados por cada formación política. Así ha ocurrido en esta legislatura con ERC y EA, con Bernat Joan (ERC) desocupando su escaño para que lo ocupara Mikel Irujo (EA). Con EA en pleno repliegue electoral, el eurodiputado de Europa de los Pueblos se repartiría entre BNG, ERC y Aralar por periodos de tiempo proporcionales a los resultados de cada partido.

Con todo, esta opción está causando controversias en el seno del BNG, más allá del hecho de que la circunscripción electoral única, en todo el territorio nacional, sea una desventaja para todos los grupos nacionalistas. El problema es ideológico: la corriente más izquierdista, liderada por los seguidores de Xosé Manuel Beiras, apuesta por la alianza con ERC y Aralar, en tanto que una línea más moderada, en la que se enmarca Anxo Quintana, es partidaria de mantener el acuerdo con PNV y CiU. Las europeas, por tanto, marcan un problema de identidad dentro del partido más representativo del nacionalismo gallego.

Por si esto fuera poco, GALEUSCAT puede romperse por otros frentes. Así, ERC no desdeña una única plataforma catalanista con CiU. CiU no la contempla de momento pero ambas formaciones han optado por un mismo perfil de candidato: Ramón Tremosa por parte de CiU y Oriol Junqueras por parte de ERC, candidatos de renovación, ajenos al aparato del partido.

El otro frente por el que puede fragmentarse Galeuscat es el de Unió: los socialcristianos catalanes no quieren volver a ser humillados como en la anterior convocatoria electoral, en la que su candidato fue cuarto en las listas, tras Convergència, PNV y BNG, sin ninguna oportunidad de salir elegido.

 

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