El creciente protagonismo de Bernardino León en La Moncloa enfada a Exteriores: le acusan de manejar incluso la agenda de Sonsoles Espinosa
Bernardino León lleva siete meses trabajando junto a Zapatero. Su desempeño está provocando algún malestar entre ex colegas diplomáticos y entre miembros del Ejecutivo, que no entienden su protagonismo.
Cuentan que fue el domingo 20 de abril cuando el presidente del Gobierno descolgó el teléfono y llamó personalmente a Bernardino León. En aquella conversación le informó de que quería contar con él pero no ya como secretario de Estado de Asuntos Exteriores sino a su lado, en La Moncloa.
La noticia pilló por sorpresa, además de al propio interesado, al ministro Miguel Ángel Moratinos que tenía intención de mantenerlo dirigiendo los destinos de Exteriores, tras cuatro años en ese puesto. Pero los planes de José Luis Rodríguez Zapatero eran otros. Quería al malagueño a su lado para que ejerciera como secretario general de Presidencia y Bernardino León aceptó.
Desde entonces, se encarga de dirigir la agenda internacional del presidente y cada mes que pasa, cobra un mayor protagonismo en Moncloa. Pues bien. Según los datos recogidos por El Confidencial Digital precisamente ese liderazgo en la sombra está creando un creciente malestar en su antigua casa, el Ministerio de Asuntos Exteriores.
Los movimientos del diplomático crea recelos entre sus antiguos compañeros e, incluso, en algunos sectores del Ejecutivo Zapatero. Desde Moncloa, Bernardino León, con fama de eficaz, mantiene su red de contactos internacionales y eso no gusta en el departamento de Moratinos.
Se le sitúa, por ejemplo, como uno de los principales impulsores del proyecto de la polémica cúpula de Miquel Barceló en la sede de las Naciones Unidas en Ginebra. León, que mantiene una excelente relación con el pintor, ha puesto gran empeño en que esta obra saliera adelante, algo que ya provocó en su día tensiones internas dentro de Exteriores.
Por último, varios miembros del Gobierno no entienden que no sólo controle la agenda del presidente sino que intervenga, además, en la de su mujer, Sonsoles Espinosa.
