Bono está indignado por la acusación de haber provocado un conflicto diplomático al retirar la delegación española de la Asamblea Parlamentaria de la UEO

La retirada de los delegados españoles, todos parlamentarios, de la Asamblea Parlamentaria de la UEO (Unión Europea Occidental), le ha valido críticas a Bono por provocar un conflicto con este organismo internacional. Bono alega que “no puede ser que los partidos digan una cosa en las Cortes y otra cosa fuera de ellas”.

Las mesas del Congreso y del Senado decidieron retirar a los delegados españoles a la Asamblea Parlamentaria de la UEO durante el pasado otoño, en lo que se explica como un proceso de “racionalidad diplomática parlamentaria” y un “replanteamiento de los grupos de amistad”.

En el caso concreto de esta institución, cuya Asamblea Parlamentaria se reúne semestralmente, los viajes representan una pérdida de tiempo y de dinero; fuentes bien informadas aseguran a El Confidencial Digital que “Bono está mosqueado porque hacen viajes y es posible que hubiera algún abuso”.

La indignación del presidente del Congreso radica en la acusación de provocar un conflicto diplomático y de que se haya “intentado vender como una decisión unilateral y caprichosa lo que es decisión de las dos cámaras y de todos los grupos”. “No puede ser”, comentan fuentes oficiales de Bono, “que los partidos digan una cosa en las Cortes y otra cosa fuera de ellas”.

Con todo, a día de hoy “no se sabe si la delegación española se va a disolver” y, pese a las insistencias de la presidencia de la UEO, “se desconoce si hay previstos encuentros” con dicha presidencia, resumen fuentes parlamentarias.

La decisión de Bono de retirar a los delegados españoles no afecta, sin embargo, a la política internacional de España, en tanto que “no es una decisión política”: España sigue pagando su cuota a la UEO como miembro y mantiene su embajador ante esta institución.

Juan Fernando López-Aguilar, candidato socialista a las europeas, es el presidente de la delegación española, que cuenta con otros miembros como Miguel Arias Cañete del PP y Delia Blanco del PSOE.

Se trata del único órgano funcional de un organismo internacional que se ha quedado con un contenido “virtualmente inexistente”, según explican fuentes parlamentarias a ECD, con sus competencias asumidas en la mayor parte por la UE, proceso que ha de agravarse si se aprueba el Tratado de Lisboa.

La utilidad de la Asamblea Parlamentaria es que permite el diálogo sobre cuestiones de defensa y de seguridad entre parlamentarios de diversos países e ideologías, permitiéndose así la emisión de informes en cada ámbito nacional.

 

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