Peligra el gobierno de Junts pel Sí en Cataluña

La CUP está dispuesta a dejar caer la Generalitat para defenderse de Podemos

Apuesta por volver a la radicalidad y contrarrestar el frente de izquierdas que prepara Pablo Iglesias. El “no” a Ada Colau y sus presupuestos ha sido el primer movimiento

Representantes de la CUP en un mitin.
Representantes de la CUP en un mitin.

El “no” de la CUP a los presupuestos de Ada Colau en Barcelona es un aviso a navegantes. El partido de extrema izquierda ha decidido volver a sus orígenes y no apoyar los proyectos de los que gobiernan. Una estrategia que va a extenderse a la Generalitat y que busca un doble objetivo: contrarrestar el frente de izquierdas que prepara Pablo Iglesias y recuperar votos perdidos.

Según ha sabido El Confidencial Digital, el equipo de gobierno de Ada Colau daba por hecho, a principios de mes, el apoyo de la CUP. hasta el pasado viernes los representantes de la Candidatura de Unidad Popular habían manifestado en privado su predisposición a un acuerdo al que ya se habían sumado PSC y ERC.

No obstante, esta postura cambió al imponerse el ala más radical del partido, que ha implantado en la formación una nueva hoja de ruta que no solo afectará al ayuntamiento de Barcelona, sino también al Parlament de Cataluña.

Peligra el gobierno de Junts pel Sí

Los representantes de esta corriente interna, todos ellos de Barcelona y con poder de movilización dentro de la CUP, llevaban semanas reclamando una reacción por parte del partido, al considerar que sus cargos electos en las instituciones habían abandonado la oposición férrea para acomodarse en la abstención en asuntos de especial trascendencia, como los presupuestos de ayuntamientos y la Generalitat.

Esta idea ha calado en la actual dirección de la formación, que apuesta ahora por volver a los orígenes de la CUP y radicalizar su discurso a nivel municipal y también autonómico.

Así las cosas, la Candidatura de Unidad Popular tiene decidido cambiar la abstención por el “no” en los asuntos tramitados en el Parlament de Cataluña que no tengan que ver con la independencia. De esta forma, un gran número de proyectos legislativos del gobierno de Carles Puigdemont no podrían ser aprobados al dejar de contar con el apoyo del partido de extrema izquierda.

Fuentes bien situadas en el ejecutivo autonómico confirman a ECD que en JxSí existe gran preocupación por el giro de la CUP y la postura que pueda adoptar en los próximos meses. También de cara a los presupuestos de 2017: “El no a Colau en Barcelona es un aviso a navegantes. Se acabaron los pactos incluso con los gobiernos independentistas”.

De hecho, tanto Puigdemont como Junqueras no descartan que, si en los próximos meses la CUP confirma este cambio de postura, la Generalitat se verá obligada, un año más, a prorrogar presupuestos. Un duro revés que podría provocar incluso la caída del gobierno de Junts pel Sí.

Busca contrarrestar el frente que prepara Podemos...

La vuelta a la radicalización de la CUP, y el rechazo en Barcelona a unos presupuestos con una inversión 200 millones superior a la del pasado año, es la reacción de esta plataforma al proyecto, impulsado por Pablo Iglesias y Ada Colau, de crear un frente de izquierdas en Cataluña.

El líder de Podemos y la alcaldesa de Barcelona, tras el fracaso de Catalunya Sí Que es Pot -la marca que presentó la formación morada el pasado 27-S- buscan ahora integrar una sola candidatura progresista y a favor del derecho a decidir.

 

Esa coalición electoral estaría formada por los propios representantes de Podemos, junto a los de Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya. La CUP, sin embargo, no ha recibido ninguna oferta en firme para sumarse al proyecto.

Una circunstancia que ha provocado la reacción del partido radical, cuyo objetivo ahora es contrarrestar ese posible frente de izquierdas con una oposición total a las formaciones progresistas que forman parte de gobiernos municipales y -en el caso de ERC- de la Generalitat.

y recuperar los votos perdidos

La CUP también ha buscado ahora mayor protagonismo por la pérdida progresiva de votos y de apoyos entre sus filas desde su apoyo a la investidura de Carles Puigdemont que permitió un gobierno de Junts pel Sí.

La decisión, tomada a espaldas de una militancia que en la asamblea del partido había expresado que solo el 50% estaba a favor de dejar gobernar a JxSí, ha provocado que la Candidatura de Unidad Popular haya pasado de codearse con Podemos en las encuestas regionales a verse relegada por el resto de formaciones de izquierda.

La sangría de votos, unida a los movimientos realizados los últimos meses por el ala más radical del partido ha provocado que los actuales responsables de la formación hayan optado por desplegar en estos momentos una oposición más dura.

Las fuentes consultadas concluyen que “a la CUP se le prometió más protagonismo en el Parlament y también en Barcelona. No lo han tenido y eso les ha pasado factura. Ahora, Puigdemon y Colau deberán darles lo que piden... o sus respectivos gobiernos corren peligro”.

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