La DYA tiene un protocolo preestablecido para atender los avisos de bomba: no se graba, los detalles son cruciales, ETA repite

Las últimas acciones de la banda terrorista ETA han sacado a relucir el papel de la DYA, la asociación de ayuda en carretera, una de las instituciones preferidas por los etarras para avisar de la colocación de artefactos. ECD ha tenido acceso al protocolo de actuación que suele seguir esta compañía tras un aviso de bomba.

En la DYA (Detente y Ayuda), las llamadas de teléfono no son ninguna novedad, ya que se trata de una asociación de ayuda en carretera. Sin embargo, cuando la llamada recibida es para avisar de la colocación de un artefacto explosivo cambian las cosas. En este caso, la operadora u operador que se halla de servicio debe seguir un protocolo establecido y que es el siguiente:

--Se toma nota de todos los detalles del informante. Cualquier matiz puede ser de gran relevancia para la valoración de la credibilidad de la llamada y para la localización de la amenaza. También se registra el número que aparece en el localizador de la llamada para rastrear el origen de la misma.

--Se transcribe todo lo que narra la fuente anónima: lugar exacto, accidentes del terreno, matrículas del vehículo en caso de que se facilite; y a esto, se añade la hora exacta de la llamada y la duración de la misma. Estos datos ayudarán a acordonar la zona de amenaza y a ganar tiempo, algo vital para los operativos policiales. Hay que tener presente que algunos avisos sólo dan diez minutos para la evacuación de una zona, la comprobación de matrículas y el aviso a los habitantes de los edificios circundantes.

--En la DYA, según ha reconocido un portavoz oficial a El Confidencial Digital, no se graban las llamadas al no ser un organismo oficial. Por esto es necesario transcribir por escrito el contenido de los avisos de atentado. Esto suele ser más fácil en las llamadas auténticas pues una de las características de las llamadas reales de ETA para avisar de la colocación de un explosivo es la repetición del mensaje. El comunicante, que suele estar nervioso, repite los datos de manera reiterada e, incluso, se cerciora de que su interlocutor los está apuntando.

--Una vez finalizada la llamada y trascrito el contenido de la misma, se da aviso de máxima urgencia a la Ertzaintza y a la Policía Nacional.

--Es entonces cuando la sala del 091 de la Policía Nacional pone en marcha la circular 50 y fija la clave 5 que avisa a las patrullas del riesgo de un atentado inminente.

--Se envía discretamente a la zona a los guías y perros del servicio canino junto a los TEDAX para la detección del artefacto o vehículo sospechoso. El protocolo de actuación recoge en estos casos, entre otras medidas, la creación de un doble cordón de seguridad.

 

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