ETA recurre a poner bombas en repetidores de montaña para entrenar a sus ‘becarios’ en la colocación de explosivos en objetivos reales

ETA rompió hace unos días su relativa calma con dos artefactos explosivos colocados en repetidores montañosos. La Policía tiene datos precisos de que se trata de una campaña de entrenamiento de los terroristas: quieren comprobar si los detonadores explotan a la hora señalada.

El primero de estos artefactos fue situado la noche del pasado día 6, el día después a la sesión de investidura de Patxi López, en un monte del municipio cántabro de Guriezo, limítrofe con Vizcaya. Según los primeros análisis de los artificieros de la Guardia Civil (Gedex), la carga colocada podría alcanzar los cinco kilos, aunque se descarta que se trate de un artefacto de excesiva potencia, pues sólo se registraron daños de escasa entidad.

Sólo seis días más tarde, otro artefacto de fabricación casera hacía explosión en otro repetidor de telefonía situado en un monte del municipio alavés de Arrazua Ubarrundia. Los expertos en explosivos de la Ertzaintza comprobaron que el artefacto estaba compuesto por una bombona de camping gas, aerosoles y un petardo pirotécnico. Los daños materiales fueron mínimos.

Fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por El Confidencial Digital analizan ambas acciones como maniobras de entrenamiento para terroristas de ETA en fase de ‘prácticas’ y sin experiencia. Explican que con la colocación de estos artefactos en lugares alejados de los núcleos de población, los etarras no querían causar víctimas mortales. Todo lo contrario. Además, se trata de explosivos de fabricación casera.

Incluso, en la bomba del monte de Cantabria, un ciudadano encontró un cartel con el anagrama de la banda terrorista en el que se leía ‘Peligro. Bomba de ETA’.

Su objetivo, según estos expertos en la lucha contra la banda terrorista, es el de que estos etarras ‘becarios’ comprueben si el artefacto explosiona a la hora indicada, o si la carga detona en su totalidad.

Hay que recordar que el pasado mes de enero, ETA intentó tender una trampa a los ertzaianas haciendo estallar una bomba en un repetidor del monte Santa Barbara, en Hernani, y colocando dos bombas-trampa en el camino para alcanzar a los agentes cuando se aproximaron al lugar. En esta ocasión no había artefactos ocultos, lo que indica que la intención de los terroristas no era causar daños personales.

No es la primera vez que ETA utiliza la comunidad cántabra para adiestrar a sus ‘cachorros’. Tal y como publicó ECD, la banda terrorista colocó el pasado verano cuatro artefactos en las localidades de Noja y Laredo. La Policía llegó a la conclusión de que la organización estaba aleccionando a sus miembros recién incorporados sobre la colocación de explosivos en objetivos realesver noticia-.

 

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