Elena Salgado, prepotente y soberbia, además de ‘neocón’. Las acusaciones a la vicepresidenta económica que se escuchan en las filas socialistas y en el Gobierno

Elena Salgado está logrando un protagonismo político y mediático como muy pocos miembros del Gobierno. Sin embargo, sus cotas de popularidad son muy bajas. Y resulta aún más sorprendente que es sobre todo en las filas de su partido y entre otros ministros, donde se escuchan las críticas más duras. Se le acusa de prepotente y soberbia.

Hay incomodidad y disgusto, y hasta enfado fuerte, con la vicepresidenta segunda y principal responsable de la política económica, según confirman a El Confidencial Digital fuentes del Grupo Parlamentario Socialista y también desde ámbitos del propio Gobierno de Rodríguez Zapatero.

El trasfondo es su talante y actitud, que ni agrada ni convence a los suyos, incluyendo a varios ministros, es decir, entre sus compañeros de Gabinete. Le echan en cara que muchas de las medidas o decisiones las está adoptando de manera “prepotente y soberbia”, sin tomarse el trabajo de conocer la opinión del partido, de los parlamentarios, y, peor aún, sin analizar las posibles repercusiones.

De acuerdo con las fuentes consultadas por ECD, ministros, cargos de la dirección federal del PSOE y diputados socialistas no entienden el por qué de lo que califican de actitud autoritaria, que ya ha causado más de un problema al Ejecutivo. Y no entienden que eso lo provoque una vicepresidenta.

Además, se comenta que Elena Salgado no está dando la talla en sus intervenciones parlamentarias porque –dicen- no está preparada para las grandes cuestiones económicas, pero menos aún en estos momentos de crisis mundial.

La acusan de haber fracasado estrepitosamente en las estrategias de comunicación del recién aprobado plan de ajuste, y de que sólo le preocupa quedar bien con los medios del grupo Prisa, dirigidos por Juan Luis Cebrián, al que califican de “su gran valedor”. Y de que sus actuaciones estás dirigidas casi en exclusiva por el ‘fontanero’ de La Moncloa José Enrique Serrano

Además, la vicepresidenta segunda ‘pasa’ absolutamente de cualquier análisis o matiz que se le aporta desde el Grupo Parlamentario Socialista. 

Todo esto ha provocado que tuviera que dar marcha atrás en varias medidas a pesar de haber sido previamente anunciadas. Algunas rectificaciones graves se debieron a las duras repercusiones que provocaron, como ocurrió con la prohibición a los ayuntamientos de recurrir a nuevos créditos a largo plazo.

En síntesis, son muchos en su partido, y en el propio Gobierno, que consideran que la línea de actuación de Elena Salgado tiene cada vez más unos planteamientos neocón y no socialdemócratas.

 

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