La “buena relación” de España con Hezbolá en el sur del Líbano no gusta a Israel y por eso su veto a que un general español mande las tropas de Naciones Unidas: Tel Aviv teme que “no se moje”

España mantiene con firmeza su derecho a asumir el mando de la FINUL, las fuerzas de Naciones Unidas desplegadas en Líbano, después de que lo hayan ostentado Francia e Italia, y en concreto plantea la candidatura del general Asarta, frente a algunos intentos italianos de prorrogar la jefatura del general Graziano. La oposición manifestada por Israel tiene su explicación.

Según publicaba el diario ‘Haaretz’ la semana pasada, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, pidió a Silvio Berlusconi que hiciese todo lo posible por que los italianos continuasen al frente del contingente de Naciones Unidas desplegado en Líbano. Lo que se esconde tras estas reticencias es, según explica a El Confidencial Digital un alto funcionario del ministerio de Defensa, que en Israel no gustan nada las “buenas relaciones” que mantienen los mandos españoles con los alcaldes y políticos de Hezbolá en el sur del Líbano.

Según esas fuentes, España se encuentra en la zona más complicada del país, el sur del Líbano, donde el dominio sociopolítico y militar de Hezbolá es brutal”, mientras que “los italianos están mucho más al norte, junto a los franceses, donde Hezbolá también existe pero su poder es más reducido”. Por si fuera poco es una región lindante con Israel y muy próxima a los Altos del Golán.

La base española Miguel de Cervantes, en Marjayún, considerada internacionalmente como “la mejor instalación militar de la ONU en el Líbano”, está rodeada de poblaciones gobernadas por alcaldes de Hezbolá, con los que las tropas españolas han intentado mantener una relación de colaboración.

En junio de 2007, seis soldados españoles murieron al estallar un potente coche-bomba al paso del blindado en el que viajaban, muy cerca de la base de Marjayún. Aunque portavoces de Hezbolá negaron cualquier relación con el atentado, expertos militares en Líbano consultados por El Confidencial Digital explican que la colocación del coche al borde del camino, y la presencia durante largo tiempo de quienes accionaron el artefacto, es imposible que no fuera detectada por Hezbolá, que controla absolutamente esa zona. De hecho, el atentado fue percibido por las autoridades españolas como un “aviso” para que las tropas españolas no “exageraran” en su trabajo de control.

Según ha sabido ECD, durante una de las reuniones con los representantes israelíes, para evaluar la actuación de las tropas españolas bajo bandera de Naciones Unidas, se les informó de que la situación en la zona era de tranquilidad y normalidad y se añadió que estaba bajo control. Los enviados de Israel respondieron proyectando un video, tomado por sus servicios de información esa misma noche, en el que se veía a miembros de Hezbolá trasladando armas a sus almacenes secretos.

Israel teme que España “no se moje”

El pasado mes de julio, el mando de la FINUL ordenó una campaña de registros en el sur del Líbano con el objetivo de desmantelar arsenales de Hezbolá. España cumplió, y eso no fue del agrado de los libaneses, que lo consideraron un gesto ‘partidista’ hacia Israel. En declaraciones a la Cadena Ser de un alto representante de Hezbolá dio un toque de aviso:FINUL tenía buena relación con los habitantes de las poblaciones de sur, pero ahora se están moviendo en una dirección diferente. La relación ha empeorado y esto no es beneficioso para las tropas de FINUL”.

Ante la actual situación, éste es el esquema que manejan los analistas de Defensa sobre el denominado ‘laberinto libanés’ que se encontrará España si finalmente toma el control de la misión de la ONU:

-- Israel continuará exigiendo el cumplimiento de los puntos de la Resolución 1701 de la ONU, en los que se contempla el desarme de Hezbolá. Algo en lo que ha puesto empeño Italia desde el verano.

 

-- Hezbolá exigirá, por su parte, el mismo régimen de autonomía política y libertad de movimientos (y control de sus arsenales) en la zona sur que disfrutaba hasta ahora. En caso contrario, la situación puede tensarse y derivar en revueltas y acciones violentas, aumentando el riesgo de las tropas españolas.

-- Si España decide mantener un perfil ‘pacifista’ en la zona, “Israel intentará tomarse la justicia por su mano”, como ocurrió hace pocas semanas, cuando la aviación de Tel Aviv bombardeó posiciones de Hezbolá en la frontera libanesa.

-- Israel teme que España “no se moje con Hezbolá”, para así evitar ataques a sus tropas.

Italia pide más tiempo

Italia tampoco está por la labor de ceder fácilmente el mando de la FINUL. España aceptó el pasado febrero una prorroga de un año para alargar el mando del general italiano Claudio Graziano.

Antes incluso de que termine este ‘año de gracia’, Italia ya ha sugerido una nueva prórroga de seis meses, indicando que si sus aspiraciones no son satisfechas, retirará a 1.000 de sus soldados de Líbano.

Italia, con 2.500, es el país que más efectivos aporta a la FINUL, seguido de Francia (1.480) y España (1.100). El ministro italiano de Defensa manifestó esta semana que finalmente no pondría objeción al mando hispano, con tal de que Madrid aumente sus tropas en Líbano. El ministerio español ha anunciado que enviará 200 efectivos más cuando se confirme la toma del mando de la misión.

El asunto también tiene una variante política que no hay que perder de vista: Si España toma ahora el mando de la misión, lo hará coincidiendo con la presidencia española de la Unión Europea.

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