Los puntos flacos de Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón según expertos electorales socialistas, y que utilizarán contra ellos en la próxima campaña

Las encuestas parecen conceder a las dos líderes madrileños del PP, Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón, posiciones muy sólidas, y que ganarán en mayo con cierta facilidad. Sin embargo, analistas electorales del PSOE han estudiado sus puntos débiles y están diseñando una batalla de desgaste. Consideran que ambos podrían confiarse demasiado, y que ahí reside una de sus debilidades.

De acuerdo con los estudios que realizan expertos socialistas, los candidatos del PP tienen a su favor un factor muy sólido: que el electorado asocia  mayoritariamente “paro y crisis a Zapatero”. Sin embargo, consideran también que en unas elecciones municipales y autonómicas  el registro es distinto, y que, al mismo tiempo, los dos tienen perfiles muy vulnerables.

Los fallos de Ruiz Gallardón

Por lo que se refiere al alcalde de Madrid, estas son algunas de las conclusiones que han formulado desde los equipos electorales del PSOE, para combatirle en la campaña próxima:

-- Gallardón es percibido por una parte no despreciable del electorado como “ambiguo y falso”, con guiños “falsamente progresistas”.

-- Mal visto en su propio partido y enfrentado a Esperanza Aguirre.

-- Tampoco le ayuda la imagen de  “megalómano y faraónico”, con sus pretensiones de  Madrid olímpico, y de despilfarrador de recursos públicos en plena crisis.

-- Tiene una deuda de 6.000 millones de euros, que es indigerible.

-- El alcalde ha subido todos los impuestos y se ha inventado otros, ha  implantado una nueva tasa de basura (el ‘basurazo’) altamente impopular, y está cosiendo a multas y embargos a los automovilistas.

-- Ha llenado las calles y túneles de Madrid de radares. Esto es munición y dinamita, fácilmente utilizable contra su candidatura.

 

Los flancos de Esperanza Aguirre

En cuanto a la presidenta madrileña, estos son los datos más reseñables del análisis electoral hecho en círculos socialistas:

-- Es percibida por muchos electores como una mujer ambiciosa, falsamente populista, que está de paso por la Comunidad de Madrid ya que su meta es la presidencia del Gobierno.

-- Además, arrastra la imagen negativa de persistente enemiga de Gallardón, un dirigente de su propio partido.

-- Ella, lo mismo que Gallardón, es fácilmente asociable en el imaginario del votante a “derecha de toda la vida”: burgueses, ricos y representantes del poder económico y empresarial.

Dos políticos de paso

Los estrategas socialistas insistirán en repetir que Gallardón y Aguirre están ‘de paso” en la política madrileña, porque a nivel de calle se cree que utilizan el campo de batalla de Madrid para su carrera hacia La Moncloa.

Consideran que será sencillo vender que “estos candidatos están en otra cosa, están a lo suyo, y sobran los dos”. Mientras, Tomás Gómez y Jaime Lissavetsky se mueven pegados al pueblo llano, que vive y sufre la crisis. Con estos parámetros, será más fácil evitar que el PP “pesque votos en territorio de izquierda”, como es el cinturón rojo de Madrid.

Otro factor decisivo será el clima social de las próximas elecciones municipales y autonómicas: en primavera seguiremos sin crecimiento económico, no se creará empleo, o será mínimo,  y los madrileños seguirán siendo “votantes sufridores y agobiados

Votantes agobiados por la crisis

Los estrategas socialistas dan por hecho que la imagen de Gallardón y Aguirre son sólidas, estar en el poder les da ventaja de salida, pueden alardear de gestión, incluso Madrid está mejor en términos macro y de empleo que la media española, pero la crisis estará en la calle y el daño en personas y familias seguirá pesando mucho. Ese sentimiento condicionará el voto. Vender esperanza a un votante agobiado resulta muy complicado.

No es lo mismo pedir el voto en un clima de prosperidad  que en un clima de crisis, y crisis muy dura para cientos de miles de ciudadanos. El clima electoral en medio de una crisis, con paro, precariedad laboral galopante, subida de impuestos, es arena movediza.

Los socialistas han anunciado en todos los tonos que van a ‘patrullar’ la calle estos meses. Tomás Gómez repite que “el voto está en la calle” y no lo condicionan tanto los medios de comunicación como creen Gallardón y Aguirre, muy confiados en su “gran imagen y en la buena protección mediática”.

Corren peligro de confiarse demasiado, la crisis económica va para rato y en primavera no estaremos mejor. La gente en paro, viviendo con lo justo, con precariedad laboral, cabreada, puede votar “lo que no dicen las encuestas”.

Concluyen: que no confíen tanto en que los madrileños asocien “crisis y paro a Rodríguez Zapatero” porque les puede salir el tiro por la culata.

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