¿Favor político? Los dos atuneros vascos atacados por piratas en Somalia boicotean el paro iniciado por los demás pescadores y siguen pescando

Las vueltas que da la vida. El gerente de la asociación a la que está adscrito el atunero ‘Playa de Bakio’, secuestrado por piratas somalíes en abril pasado, se niega a apoyar el plante iniciado por los demás armadores españoles, que el sábado decidieron dejar de pescar en el Océano Índico y dirigirse a puerto seguro en las Seychelles ante la escalada de asaltos en la zona.

Según fuentes del sector a las que ha tenido acceso El Confidencial Digital, José Ángel Angulo, que así se llama el director gerente de la asociación que agrupa a los armadores vascos, se ha negado a participar en ningún acto público que programan ahora las gentes del mar de España, Francia e Italia, y que ha llevado a 53 barcos a amarrarse en las Islas Seychelles.

Por si fuera poco, el armador del ‘Playa de Bakio’ no ha ordenado a sus buques que se refugien en las Seychelles, en contra de lo que han hecho sus compañeros españoles y franceses. Otro de sus barcos, el ‘Playa de Anzoras’, consiguió escapar el 11 de septiembre de un intento de secuestro, cuando se encontraba en aguas internacionales del Índico, a 325 millas de la costa de Somalia.

Al parecer la empresa armadora de ambos pesqueros, Pevasa, ha argumentado ante sus colegas que no ve la necesidad de refugiarse ahora en las Seychelles porque sus barcos están más al norte de la zona de peligro. Además, sus gestores comentan en privado su malestar contra sus colegas, porque cree que debieron amarrar la flota cuando le secuestraron su barco y no ahora, cuando se ha asaltado un buque francés.

Según fuentes del sector, el resto de los pescadores les acusa de “tratar de desactivar la protesta como pago a un favor político por la ayuda que les prestó el Gobierno en mayo”. El secuestro del ‘Playa de Bakio’ se saldó con el pago de un rescate de al menos un millón de dólares y la huida de los secuestradores ante una fragata de la Armada, que recibió la prohibición de disparar contra los piratas.

Otras fuentes añaden que Angulo y la empresa establecieron una estrecha alianza con el Gobierno durante la crisis del ‘Playa de Bakio’, en especial con el secretario general del Mar, Juan Carlos Martín Fragueiro. Este grupo llevó la resolución de la crisis y estuvo encima de las negociaciones con los secuestradores.

Españoles, franceses e italianos juntos

Pero lo que más molesta es la negativa de Angulo a firmar documento alguno. La razón del enfado estriba en que esa negativa provoca una fisura en el frente común que los pescadores quieren presentar ante el Gobierno y la Unión Europea para exigir una solución a los ataques en el mar.

De esta forma, la asociación que dirige, Anabac, a la que pertenecen los pesqueros vascos, no figurará en la rueda de prensa conjunta que planean las gentes del mar para hoy en Madrid. En cambio, sí estarán presentes el resto de los armadores españoles, representados por Feope y Opagac, así como los armadores franceses, agrupados en Orthongel, y los italianos (Federpesca). Anabac ha dado libertad a sus asociados para secundar la protesta, por lo que la mayoría de ellos han dirigido sus barcos a las Seychelles.

Los pescadores franceses ya han conseguido una entrevista para el próximo viernes con los ministerios galos de Agricultura, Defensa y Exteriores, mientras que los españoles siguen a la espera de ser recibidos por el Gobierno, en concreto de los departamentos de las ministras Carme Chacón o Elena Espinosa, según las fuentes pesqueras consultadas por ECD.

 

Un total de 53 barcos -30 de ellos españoles- permanecen amarrados en Seychelles desde el sábado, a la espera de que España, Francia o la UE adopten una solución que garantice su seguridad, y puedan así volver a faenar en las aguas internacionales del Índico, donde cada país es responsable de la seguridad de sus buques.

Asalto en alta mar con lanzagranadas

El pasado sábado, el pánico se adueñó de la flota de la UE, al conocerse el intento de secuestro del atunero francés ‘Le Drennec’. Los piratas dispararon contra el barco con un lanzagranadas y muy lejos de la costa, en concreto a 420 millas de distancia (a sólo cien millas de las Seychelles).

Esta capacidad de movilización de los delincuentes en aguas internacionales provocó gran alarma entre las gentes del mar, debido a que se requiere una infraestructura sofisticada para intentar un secuestro a tanta distancia armados con un bazooka.

La noticia corrió como la pólvora por todas las radios, y los pescadores huyeron a refugiarse a las Seychelles. Allí se han amarrado, en una especie de paro-protesta que tendrá un coste millonario ya que es la temporada alta de la pesca de atún claro en la zona.

La flota española lleva desde 2006 solicitando protección militar, a la vista de los asaltos que se producen en el primer caladero de interés español, y ante la imposibilidad legal de llevar armas a bordo para defenderse.

Desde el secuestro del ‘Playa de Bakio’, se ha sucedido una escalada de secuestros e intentos de asalto por parte de los piratas, que tienen sus bases en Somalia, país sin Gobierno efectivo desde 1991 a causa de la guerra civil. En ocasiones, estos secuestros han estado dirigidos por mercenarios británicos, pagados por los señores de la guerra locales, que buscan con los asalto financiar sus compras de armas.

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