El Congreso ha aprobado el nuevo cálculo de la financiación

Génova advierte a Feijóo y Herrera: hay que tener visión de Estado

A la cúpula del PP no le han sentado bien las críticas al cupo vasco, necesario para aprobar los presupuestos

Feijóo, Rajoy y Herrera.
Feijóo, Rajoy y Herrera.

La aprobación del nuevo cálculo del cupo vasco ha levantado ampollas en el resto de autonomías. Los barones que se han indignado no han sido sólo los del PSOE: los presidentes de Galicia y Castilla y León, Alberto Núñez Feijóo y Juan Vicente Herrera, también han criticado la medida. Y Génova ha respondido.


Feijóo y Herrera han cuestionado el cálculo del cupo y del concierto económico que se aprobó el pasado jueves en el Congreso. “Ha faltado claridad e información”, afirmó el líder de la Xunta, que espera que la medida no sea una compensación para las “aspiraciones identitarias” de País Vasco.

Por su parte, Herrera, el barón más díscolo de Rajoy, reclamó “seriedad”: “No se trata de abrir más debates o de agravar los ya existentes. Se trata sólo de ser serios. Y algunos no lo están siendo”, aseguró.

Se refieren al procedimiento de lectura única por el que ha sido aprobada la medida, sin admitir enmiendas, y a la rebaja que se ha hecho de la cantidad que debe entregar País Vasco al Estado.

Mariano Rajoy ha respondido a las críticas, pero no a las de sus barones, sino a las de Albert Rivera. El líder de Ciudadanos tildó de “cuponazo” la medida, que rebaja los 1.600 millones de euros que debía devolver País Vasco al Estado hasta los 945 millones.

Sin embargo, según ha podido saber El Confidencial Digital de fuentes de Génova, a la cúpula del PP no le han sentado nada bien las críticas de Feijóo y Herrera al nuevo cálculo del cupo.

“Sentido de Estado”

Los líderes populares más cercanos a Rajoy recibieron con “sorpresa” los reproches de los presidentes  autonómicos. “No se esperaban unas declaraciones así” de los líderes de Galicia y Castilla y León.

En Génova 13 hubieran deseado una actitud “más constructiva, con sentido de Estado”. La prioridad del Gobierno del PP, explican las mismas fuentes a ECD, es terminar la legislatura sacando adelante los asuntos más importantes del país.

Entre ellos, destacan la aprobación de los presupuestos generales del Estado de 2018, aún pendientes del visto bueno de la mayoría del Congreso. Y aquí, el ‘sí’ del PNV es determinante para alcanzar el número de votos necesario.

“Necesario para pactar con PNV”

Para ello, “era necesario hacer concesiones, negociar, pactar, llegar a acuerdos”, explican fuentes del PP a este confidencial. Añaden que las negociaciones para aprobar el nuevo cupo vasco no se han dado sólo con el PNV, sino también con otros partidos como, por ejemplo, el PSOE.

 

“En política es necesario saber negociar y ceder, y lo más importante, tener siempre sentido de Estado, porque lo que tenemos que hacer es gobernar España”, explican las mismas fuentes. “Si no nos ocupamos primero de los presupuestos generales del Estado, ¿cómo vamos a gestionar bien nuestras autonomías?”, añaden.

La dependencia de los partidos nacionalistas

Sin el voto del PNV, el Gobierno de Rajoy tiene complicado sacar adelante los presupuestos de 2018, a la vista de lo difícil que le resultó lograr el apoyo necesario para aprobar los anteriores.

De entrada, ni el PSOE ni Podemos votarán a favor, como representantes de la oposición. Tampoco PDeCAT ni ERC, tras la aplicación del artículo 155 y la intervención de las autonomías por parte del Ejecutivo.

Cabe esperar el apoyo de Ciudadanos y el de UPN, sin los cuales el PP no tiene asegurado el triunfo de las cuentas de 2018. Por eso, en Génova consideraron condición sine qua non ceder en la ampliación del cupo vasco para asegurar el voto a favor del PNV.

Con todo, los mismos cargos que reprochan a Feijóo y Herrera sus críticas les emplazan a seguir trabajando en la comisión de reforma electoral del Congreso para limitar el peso de los partidos nacionalistas en la Cámara.

“Pero a día de hoy, dependemos de ellos para aprobar muchas propuestas y leyes importantes para sacar adelante España, y los presupuestos son prioritarios”, recalcan.

El nuevo cálculo del cupo vasco

El cupo vasco se remonta a 1878, cuando el Estado reclamó a Vizcaya, Guipúzcoa y Álava parte de los impuestos que recaudan las diputaciones para financiar las cuentas del Estado, agujereadas por las sucesivas guerras carlistas.

Desde 1978, el cupo se calcula amparándose en la Constitución, que contempla esta excepción tributaria siempre que no repercuta de forma insolidaria en el resto de comunidades autónomas.

El cálculo se actualiza cada cinco años en las leyes quinquenales de metodología para la determinación del cupo. La recaudación es distinta del resto de regiones: en vez de que la Agencia Tributaria recabe los tributos y luego los distribuya a la autonomía, en el caso del País Vasco son las diputaciones las que recaudan y luego entregan al Estado una cantidad determinada.

El dinero a entregar se calcula según las competencias transferidas a País Vasco. El dinero que no necesitan gastar en servicios públicos se entrega a Hacienda para que lo administre, básicamente, en la reducción de la deuda autonómica. Desde 2007, el gobierno autonómico y el estatal no se han puesto de acuerdo en el cálculo.

La crítica de Ciudadanos al cupo vasco se debe, en gran parte, a que la última propuesta del Gobierno rebaja en hasta 355 millones la cantidad a entregar por parte de Vitoria. Considera insolidario el cálculo, ya que en vez de aportar como la segunda comunidad autónoma con mayor PIB, recibe compensaciones en perjuicio de las otras dieciséis regiones.

Queda por ver si el partido de Albert Rivera seguirá apoyando las cuentas del Gobierno tras la aprobación de la quita vasca.

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