El Gobierno se enfrenta ahora a una ETA rearmada, con dinero, integrada por gente joven entrenada en Francia y que descarta los asesinatos
Tras el atentado cometido por la banda terrorista en Madrid, expertos de la lucha antiterrorista analizan para El Confidencial Digital el perfil actual de ETA. El robo de las pistolas, la extorsión a los empresarios y los jóvenes de la kale borroka colocan a los terroristas en una posición de fuerza frente a la ruptura de la tregua.
A pesar de que algunas informaciones aseguran que el Gobierno y formaciones políticas como Batasuna se han sorprendido por la comisión de este atentado en Madrid, fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por El Confidencial Digital aseguran que “de una u otra forma ETA había avisado”.
En caso de que el Ejecutivo no avanzara en sus posibles compromisos con la banda terrorista, ésta ya se planteaba romper el alto el fuego y hacerlo de una forma que la colocara en una situación de fuerza frente al Gobierno socialista.
De poco parecen haber servido los contactos de los socialistas vascos con representantes del entorno de la banda y los planes de contrapartidas en materia penitenciaria que tenía previsto abordar el Gobierno. ETA ha respondido con un atentado de grandes dimensiones, pero que demuestra, según expertos en la lucha antiterrorista consultados por ECD, su voluntad de no poner ningún muerto encima de la mesa de negociación.
Estas mismas fuentes señalan tajantes que “si ETA hubiera querido ya habría matado a alguien”, elevando de esta forma el listón a una posición tan elevada que sería totalmente inasumible cualquier auspicio de negociación con ella.
De ahí que el lugar elegido por ETA para cometer este atentado haya sido un aparcamiento en el que era posible desalojar a las personas que transitaran por él con relativa facilidad y además avisando hasta en dos ocasiones de la colocación de la furgoneta bomba. Con lo que la banda y la policía, posteriormente, no contaban era con esos ciudadanos sudamericanos que estaban descansando en el interior de sus vehículos.
Ahora mismo las fuerzas de seguridad del estado se enfrentan a una banda terrorista bien situada en el plano operativo y económico. La extorsión al empresariado vasco ha dado sus frutos y éstos han ido pagando el llamado impuesto revolucionario que les hace tener las arcas bien surtidas de fondos.
Por otra parte, el robo de 350 armas cortas de fuego en Francia le dan también cierta autonomía a ETA independientemente de que se quede con esas pistolas y revólveres o las introduzca en el mercado negro armamentístico.
A estos dos hechos constatados se une otro más: alrededor de 300 jóvenes han decidido dar el salto y pasar de la kale borroka a recibir instrucción propiamente dicha de grupo terrorista en Francia. Jóvenes totalmente desconocidos por Policía y Guardia Civil que no están fichados y que pueden formar parte de próximos comandos dispuestos a actuar.
