Huelga de controladores. Batalla entre el Gobierno (ahora del PSOE) y la oposición (ahora es el PP) que recuerda la lucha que se dio tras los atentados del 11-M

El grave conflicto de los controladores, que ha provocado que, por vez primera en la democracia, se haya implantado en España el estado de alarma, con la militarización de ese colectivo profesional, ha escenificado ante la opinión pública una batalla de imagen que recuerda la que se dio tras los atentados del 11-M.

El conflicto de los controladores se ha convertido en otra pésima noticia para el Gobierno de Rodríguez Zapatero, ya acorralado por los problemas con los mercados internacionales y por el contencioso con Marruecos a raíz de los incidentes del Sahara.

Por si fuera poco, este fin de semana vez el país se ha encontrado con una situación extrema, que, aunque sin el drama de las 190 víctimas mortales, recordaba en lo mediático lo que ocurrió con los atentados del 11-M.

También ahora el Gobierno se ha visto contra las cuerdas. Las instancias gubernamentales y el PSOE han pugnado por no salir muy dañados de lo ocurrido, e incluso intentando desviar el problema hacia la oposición, mientras desde el PP se ha insistido en la incapacidad del Gabinete y del propio Rodríguez Zapatero. Y en pedir más explicaciones.

Al contrario que con el 11-M, en esta ocasión, Alfredo Pérez Rubalcaba se encontraba en el otro lado de la trinchera, es decir, en el de un Gobierno en dificultades.

Ha sido, a la vez, la primera gran prueba de fuego del ‘presidente bis’, que estos días se ha convertido en la voz del Ejecutivo, al mismo tiempo que lo ocurrido castiga duramente la credibilidad política y de capacidad de gestión de un político hasta ahora en alza: José Blanco, ministro de Fomento.

González Pons, a tumba abierta

González Pons, portavoz del Partido Popular, protagonizó el sábado una rueda de prensa redonda, por contenido y por formas, a pesar de que, al final, algunos periodistas intentaran desviar las preguntas hacia el ‘caso Gürtel’. Además de criticar con claridad la actuación de los controladores, planteó estas acusaciones:

-- El Gobierno sabía con antelación que esto podía ocurrir.

-- Es más, avisó a los controladores de que no se les ocurriera montar un conflicto.

 

-- A pesar de conocer la delicada situación, aprobó un decreto que varía las condiciones de trabajo de los controladores precisamente en vísperas del mayor puente del año.

-- ¿Por qué no esperó a otro momento para aprobar esa reforma?

-- ¿Y por qué el Gobierno no aviso a los ciudadanos, a las compañías aéreas, a las agencias de viaje, de que el paro podía producirse?

-- ¿Por qué no puso medios antes, habilitando servicios ferroviarios, limpiando carreteras?

-- Y sobre todo, ¿dónde está Zapatero? El presidente se esconde detrás de Rubalcaba

-- Una declaración de estado de alarma en el país, que además supone recorte de derechos fundamentales, habría exigido que fuera el propio presidente del Gobierno quien la comunicara a los españoles.

Contraataque de Gaspar Zarrías

En el PSOE se organizó inmediatamente una respuesta, para la que, en ausencia del secretario de Organización, Marcelino Iglesias, hubo que echar mano de una persona de segundo nivel, Gaspar Zarrías, secretario de Relaciones Institucionales y Política Autonómica. Desde la sede socialista, en síntesis, afirmó:

-- En un asunto de esta gravedad, o se está con las leyes y el Gobierno, o se está con quienes las conculcan.

-- El Partido Popular (apoyando a los controladores) se ha puesto del lado de unos presuntos delincuentes.

-- Rajoy y González Pons se han visto recientemente con los controladores. ¿De qué hablaron? ¿Qué escucharon? Y, sobre todo, ¿qué dijeron a los controladores? Me temo lo peor: lo que estamos viendo.

-- Rodríguez Zapatero está al frente del operativo para resolver la huelga. Mientras, Rajoy se encuentra de vacaciones en Fuerteventura, en la playa.

En los informativos de mediodía, José Blanco fue entrevistado por TVE, con imágenes en directo, y telefónicamente por CNN+. Declaró que lo ocurrido “no les puede salir gratis a los controladores”.

Rajoy, atrapado

Gaspar Zarrías no tenía buena información, porque el líder del PP se encontraba, no en Fuerteventura, sino en Lanzarote. Y no en una playa, sino atrapado en el aeropuerto de la isla, sin que nadie le diera soluciones para salir de allí.

El presidente del PP optó por colgar un vídeo, tomado con un teléfono móvil, de su presencia en el aeropuerto y con una declaración suya.

El rey firmó en Argentina, en presencia del embajador español como es preceptivo, los dos decretos: el de militarización de los controladores (trasferencia al ministerio de Defensa de las competencias de AENA) y la declaración de estado de alarma.

La unidad militar ‘de confianza’

Además de enviar, en la noche del sábado, a la Guardia Civil al hotel donde se encontraban reunidos los representantes de los controladores, y pedir a todos los asistentes que se identificaran, el Gobierno puso en marcha su unidad militar ‘de confianza’, la UME.

Efectivos de la UME, y no de la Policía Militar, ni tampoco de la Policía del Aire, fueren enviados al aeropuerto de Barajas en la noche del sábado al domingo.

Una controladora denunció ante los periodistas que los militares aparecieron en el aeropuerto con pistolas y le obligaron a incorporarse a su puesto de trabajo. Tal y como se publicó ayer en este confidencial, los controladores militares no pueden hacerse con el control de las torres porque carecen de la licencia necesaria -ver noticia-.

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