Los servicios de Información han concluido que la cúpula de ETA detenida en Burdeos no tenía tanto poder como se presumía: los papeles incautados contienen sólo generalidades
La Policía francesa detuvo el pasado mes de mayo en Burdeos a la considerada cúpula de ETA con Francisco Javier López Peña, ‘Thierry’, a la cabeza. Los agentes, tantos galos como españoles, pensaron que en el piso donde fueron descubiertos aparecería importantes documentos. Se equivocaron.
Muchos creyeron que las detenciones y la incautación de diverso material darían pie a iniciar futuras operaciones contra la organización terrorista y su desarticulación. Se pensó que en los ‘pen-drives’ encontrados podría haber importantes datos sobre explosivos, movimientos de los ‘comandos’ o posibles objetivos de la banda.
Incluso, el presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, Javier Gómez Bermúdez, llegó a comparar las detenciones ‘Thierry’, Ainhoa Ozaeta, Igor Suberbiola y Jon Salaberria con la desarticulación de la cúpula de ETA en Bidart en el año 1992.
Todo el material incautado se encuentra en París y continúa siendo a día de hoy minuciosamente examinado por la fiscalía francesa y por los asesores de la lucha antiterrorista galos. A la capital vecina también viajan con frecuencia como invitados diversos miembros tanto de la Guardia Civil como de la Policía Nacional para intentar desencriptar la información.
La fiscalía francesa también ha enviado a España aquellos documentos que son considerados de una importancia mayor para la lucha antiterrorista dentro de las fronteras nacionales.
Según ha podido saber El Confidencial Digital, de todo el material explorado hasta la fecha por los agentes especializados en materia antiterrorista, apenas se han encontrado datos relevantes sobre los planes de futuro de ETA, la localización de sus zulos, los objetivos prioritarios de la banda o la composición y organización de sus ‘comandos’ operativos.
Nada de eso. Todo son generalidades. Los datos contenidos en esos papeles y material informático no son tan concretos ni tan abundantes para que la Policía pueda pensar que la cúpula detenida en Burdeos ostentaba la plena dirección de ETA.
Esta es la conclusión a la que han llegado los servicios de Información tanto españoles como galos que colaboran conjuntamente en estas investigaciones. Hay que recordar que ambos países tienen firmados un auto de prioridad en materia antiterrorista que supone una estrecha colaboración.
